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Mirada que es como palabra
Como Todomundo sabe, el cineasta griego Thódoros Angelópoulos murió el pasado martes 24 de enero, en pleno rodaje de lo que iba o habrá de llevar por título El otro mar. Contaba setenta y seis años de edad y, en un hecho cuya ironía bien podrá comprender todo aquel que conozca siquiera a medias la filmografía de este ateniense, la muerte se la causó –si bien involuntariamente, de manera accidental– un policía con su motocicleta.
Comprobando una vez más cuánto placer obtiene el azar cuando dibuja vínculos ocultos y flagrantes coincidencias, recuérdese aquí que la muerte de Angelópoulos guarda parecido con la de Roland Barthes; y para que el improbable lector aquilate de mejor manera cuán llamativa es la similaridad de las muertes de ambos, recuerde la importancia que en el desarrollo vital e intelectual de Theo tuvo Francia y lo francés; también considérese que Barthes fue “expulsado” de esta vida justo frente a La Sorbona, donde Angelópoulos alguna vez tomara clases, entre otros, con Claude Lévi-Strauss...
Nadie que conozca, como ya se dijo antes, siquiera medianamente la filmografía angelopoulosiana, habrá de considerar gratuito ni peregrino el parangón arriba pergeñado, puesto que quien ha ensanchado su horizonte no sólo filmográfico sino, sobre todo, humano, en virtud de haber visto La eternidad y un día, La mirada de Ulises, Reconstrucción o Paisaje en la niebla, por citar sólo las más recordadas; quien las haya visto sabe que lo de Theo era como hablar, literalmente hablar a través de la imagen –no esa platitud mema de “una imagen dice más que...”, sino ejercer la palabra, despertarla, provocarla, volverla necesaria y útil. Como Barthes quería, por ejemplo.
Pero que lo diga, en sus palabras, el propio Thódoros Angelópoulos:
“Las mujeres son más figuras trágicas que los hombres. Mi madre, por ejemplo, en ocasiones era Antígona y otras veces era Hécuba. A lo largo de su vida representó diversos roles.”
“Los premios son los premios, pero independientemente de ellos necesito contar esas historias, y hacerlo con sencillez es lo más difícil.”
“En Viaje a Citera, en realidad el viaje es una reelaboración del mito del retorno de Odiseo, según el propio mito que precedió a Homero. Parecido a la versión de Dante, se trata de una versión pre-homérica en la que Odiseo vuelve a navegar después de haber regresado a Ítaca. Así pues, la película trata más sobre un abandono que sobre un regreso a casa. Siento un enorme respeto por los escritores antiguos. Es verdad que no hay nada nuevo; sólo retomamos y reconsideramos ideas que los antiguos ya habían abordado antes.”
“En vista de todas las dificultades, las frustraciones y el esfuerzo que implica, a final de cuentas hacer cine es una aventura humana...”
“Alejandro Magno refleja la transformación de un hombre en un tirano. No se refiere solamente al fenómeno del fascismo o el estalinismo, sino al poder el general. La visión manifestada en Alejandro Magno es acerca del peligro latente en la transformación de cualquier autoridad o poder, se trata de ver cómo las buenas intenciones iniciales acaban convertidas en despotismo.”
“Los cazadores expresa la manera en la que un hombre de mi generación piensa acerca de la historia de Grecia [...] Es un estudio de la conciencia histórica de la burguesía griega. En Grecia, las clases dominantes le temen a la historia y, por eso, prefieren esconderla. Los cazadores parte de esta premisa.”
“Los griegos crecen sin poner ningún cuidado en lo que consideran ‘piedras muertas‘. Con El viaje de los comediantes intenté llevar la mitología directamente a las personas.”
“La dictadura está entrelazada directamente con la estructura formal de Días del ‘36. El silencio impuesto fue una de las condiciones bajo las cuales filmamos. La película es... algo así como una vía para que el espectador se dé cuenta de cómo la censura está implícita.”
“¿Qué quiero que suceda? Sencillamente quiero nuestra vida, aquí, para ser más humanos. Necesitamos volver a aquellos lugares en donde está mucho de lo que sigue siendo importante y auténtico en nuestras vidas.”
“Cada cineasta recuerda la primera vez en que se asomó a la mirilla de una cámara: es un momento en el que se descubre no tanto algo sobre el cine sino más bien algo sobre el mundo. Pero entonces llega un momento en el que el cineasta comienza a dudar de su capacidad para ver las cosas, un momento en el que ya no sabe si su mirada sigue siendo inocente y justa.”
“Paisaje en la niebla no trata solamente de dos niños en busca de su padre. Se trata de un viaje que es una iniciación a la vida. En el camino, los niños lo conocen todo: el amor y la muerte, la verdad y la mentira, la belleza y la destrucción. El viaje es sólo una manera de enfocar todo lo que nos da la vida”.
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