Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 2 de enero de 2011 Num: 826

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

El profeta insumiso: William Blake (1757-1827)
RODOLFO ALONSO

Tras las huellas de Lowry en Oaxaca
ALBERTO REBOLLO

Los dos talleres de Nandino

Elías Nandino y Estaciones
GERARDO BUSTAMANTE BERMÚDEZ

Elías Nandino, entre poesía y bisturí
LEONARDO COMPAÑ JASSO

El poeta frente al espejo
GUADALUPE CALZADA GUTIÉRREZ

Leda Arias: búsqueda, compromiso y permanencia
INGRID SUCKAER

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGUELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Alonso Arreola
[email protected]

Sara Lee, la esencia del bajo

Si se la ve sentada en una cafetería, sería imposible imaginarla en plan de rockstar. Menuda y sonriente, Sara Lee parece una señora despreocupada que ha salido a tomar el té dejando algunos gatos en casa. Con el acento británico un tanto diluido por sus muchos años viviendo en Estados Unidos, dice que este invierno podría ser una buena época para componer de nuevo. Llegando a su granja en el campo al norte de Nueva York, eso sí, tiene una sesión de grabación con algún compositor cuya música no ha escuchado. “Me contactó un productor amigo mío para invitarme, pero no sé de qué se trata”, explica serenamente. Prisa no se le ve. Los treinta y cinco años de carrera que ha dejado atrás parecen no importarle demasiado. Ha venido a México en plan de road manager organizando la logística para el magnífico concierto que su amiga Gail Ann Dorsey (bajista de David Bowie) dio en el club Voila junto a Mike Garson (tecladista del Camaleón) hace algunos días. Sara Lee coprodujo para Gail, por cierto, el reciente disco I Used to Be…, tercero en su trayectoria.

Cargando una pequeña mochila roja, como de estudiante de secundaria, su rol administrativo le viene bien y pasa desapercibida para la gran mayoría que no sospecha sus increíbles experiencias sobre el escenario. Sea con Ani DiFranco, los B-52’s, Robert Fripp o las Indigo Girls, su peculiar manera de tocar el bajo fue inspiración para las pocas mujeres que se han acercado a este instrumento y que hoy parecen valorarlo de nuevo. De la legendaria Karol King a Meshell Ndegeocello y Kim Gordon (Sonic Youth) pasando por Kim Deal (Pixies) y Kristen Pfaff (Hole), el nombre de Sara Lee se reconoce como uno de los más interesantes en el género alternativo anglosajón, y como símbolo de una lucha contra el sexismo para los derechos homosexuales.

“Aunque toda mi familia es de músicos, me fui de casa muy joven abandonando la escuela, buscando otros rumbos”, confiesa. “Desde muy chica aprendí a tocar los timbales y el contrabajo, pero no fue sino hasta que me independicé que me acerqué al bajo eléctrico, sacando piezas de los Beach Boys y Jeff Beck. En ese entonces tuve distintos empleos. Fui mesera y también secretaria del sello discográfico en donde estaban firmados muy buenos artistas ingleses, Polydor; de hecho, con muy poca experiencia, apenas con veintiún años de edad, fue cuando invité a uno de los ejecutivos a que escuchara tocar a mi banda. Para mi sorpresa fue a verme con un invitado inesperado que me llamó una semana después para proponerme un proyecto. Se trataba de Robert Fripp, quien ya era muy famoso liderando a King Crimson. Ahí cambió todo para mí.”

Así se unió a The League Of Gentlemen (Fripp y Barry Andrews, ex XTC), con quienes grabó League of Gentlemen. “Fue un proceso interesante”, recuerda. “Robert quería que hiciéramos la música juntos y que fuera instrumental. Estuvimos improvisando por varias semanas y expandiendo las ideas de todos. Fue muy humilde con nosotros. ¡Esa fue mi primera experiencia profesional tocando y componiendo! (ríe). No puedo creer que me haya pasado a mí. Tuve mucha suerte.” Sin embargo, más allá de la suerte está claro que Sara Lee cuenta con un gusto y actitud especiales. Por ello recibió el llamado de Robyn Hitchcock para ser miembro de los punketos Gang of Four y, ya instalada en Nueva York, empezó a sonar con The Thompson Twins, lo que allanó el camino para su llegada a la banda con la que más giró y se mantuvo, los B-52’s, con quienes grabó Cosmic Thing. Más tarde formó The Raging Hormones y se integró a las líneas de las Indigo Girls, de donde salió para girar con Ani DiFranco por Europa, lo que quedó registrado en el disco en vivo Living in Clip. Ya como una instrumentista consumada sumó experiencias con Joan Osborne, Ryuichi Sakamoto, Andy Summers y Fiona Apple. Empero y cosa curiosa, fue hasta septiembre de 2000 que sacó su primer y único disco como solista, Make I t Beautiful.

“Después de viajar tocando por veintisiete años decidí que quería quedarme en casa”, dice. “Cuando envejeces las cosas que deseas cambian. Tampoco quiero mantener junta una banda porque no hay forma de pagarles de manera continua. Lo hice por un año, pero lo detuve. No tengo un plan, sólo sé que voy a componer de nuevo. La banda que más me gusta es Siguros, por lo que me gustaría hacer canciones ambientales mezcladas con otras más tradicionales y funky para bailar.”

Finalmente, le preguntamos a Sara Lee por qué las mujeres suelen tocar el bajo de manera tan distinta a como lo hacen los hombres. Su respuesta no podía ser más poética y acertada: “Las mujeres tocan distinto el bajo porque entienden la fundación y esencia de las cosas; entienden la cama que el bajo representa en la música. En mi caso, creo que ha sido el espacio que le doy a cada nota, no sólo el lugar donde la toco”