Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 13 de noviembre de 2011 Num: 871

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Depresión
Orlando Ortiz

Soledad de una madre
Takis Sinópoulos

Giordano Bruno en la hoguera
Máximo Simpson

Dos poetas

Ricardo Prieto, un dramaturgo inolvidable
Alejandro Michelena

Ted Hughes, animal y poeta
Anitzel Díaz

Identidad e idioma en el sur de Estados Unidos
Antonio Valle entrevista con Antonio Cortijo

Claudio Magris, académico y cronista
Raúl Olvera

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
Javier Sicilia

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Dos poetas

Nocturno

Tomas Tranströmer

Cruzo el pueblo de noche, las casas brotan
por entre el fulgor que lanzan los faros,
están despiertas y quieren beber.
Casas, graneros, carruajes vacíos cobran vida.

Unos duermen libres de todo, en otros su gesto
delata cómo yacen, duro ejercicio
para la eternidad.
Pese al sueño profundo no osan evadirse.
Descansan –barras de seguridad tendidas
al paso del misterio.

Afuera se prolonga el camino
entre los árboles del bosque
y los árboles están en paz y silencio.
Tienen el color dramático del fuego.
Nunca fue más claro su follaje. Me siguen a casa.

Dispuesto a dormir, veo formas extrañas,
las señales se agolpan detrás de mis párpados
en los muros de la oscuridad.
Por la grieta entre vigilia y sueño
una gran carta busca irrumpir en vano.

Abril y silencio

Tomas Tranströmer

La primavera yace desierta.
Oscura como siempre,
sin reflejos,
la zanja se arrastra a mi lado.

Sólo las flores amarillas
destellan.

Mi sombra me porta
cual violín en su caja negra.

Lo que yo quiero decir
refulge fuera de mi alcance
como la plata con el prestamista.

Versiones de Aline Pettersson

 

La noche sin iguana

Juan Manuel Roca

Para Hugo Gutiérrez Vega
Puerto Vallarta, octubre 21 de 2011

Soy el remoto espectador
De un cine de barrio.
Vuelvo de una función de 1963
A preguntar por la dueña del hotel
Escondido en la colina.
Algunas gentes de Vallarta
Dicen que la hermosura
Se adentró una noche en el mar
Sin dejar huellas en el agua.
Dicen que el cura borracho
Que insultaba a sus feligreses;
Murió de soledad y de silencio
Cuando jugaba a ser Dios
Y liberaba una iguana en la espesura.
Acaso yo sea el anciano poeta
Que llega al puerto
Y quiere poner al mismo tiempo
El punto final de su vida y el poema.