Portada
Presentación
Hugo
Ricardo Yáñez
Sueño y realidad
Aleyda Aguirre Rodríguez
Berlín a fuego lento
Esther Andradi
Borodinó, Zagorsk
y María Mercedes
Carranza
Jorge Bustamante García
La suerte de los libros
Leandro Arellano
Guillermo Jiménez, un
narrador de provincia
Hiram Ruvalcaba
Juan Manuel Roca: la
extrañeza y la lucidez
José Ángel Leyva
Grecia, una
crisis anunciada
Mariana Domínguez Batis
Théodore Géricault y
la otra mitad del otro
Andrea Tirado
Leer
ARTE y PENSAMIENTO:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
La lucha
Thanasis Kostavaras
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar
Directorio
Núm. anteriores
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@JornadaSemanal
La Jornada Semanal
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Rogelio Guedea
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Malos negocios
Para Hugo Gutiérrez Vega, in memoriam
Tengo una secreta admiración por los comerciantes, ésos que compran barato y venden caro. Yo nunca he podido. Todo lo he comprado caro y vendido barato. Siempre pierdo. Otros, en cambio, venden al triple lo que compraron a precio de remate. O eso es lo que me dicen. Porque esa es otra: como los amigos ya me conocen, en los convivios familiares lo primero que hacen es contarme sus hazañas comerciales. ¿Ves ese coche? Sí. Ah, pues lo compré a mil pesos y mañana me lo pagan a diez mil. Siempre termino con los hombros caídos. Tan errada llevo la vida, me dijo un día un amigo, que me dediqué a un oficio ingrato. Y, aunque me duela, es así. Los poemas que he escrito me han costado noches y nunca, a decir verdad, me han servido ni parar abrir la caja fuerte de un banco ni, siquiera, para enamorar a una mujer. Nada. He decidido, sin embargo, gritar este destino cruel: amigos, yo soy de los que compran caro y venden barato. Soy de los que pierden siempre. Así que, ahora que ya lo saben, vengan a casa cuando se encuentren derrotados y quieran ganar. |