Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 18 de enero de 2015 Num: 1037

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Algo sobre
Rubén Bonifaz Nuño
y Manuel Acuña

Marco Antonio Campos

Enrique Semo: las
enseñanzas de la historia

Héctor Díaz-Polanco

Los desaparecidos
ya no lo están

Eduardo Mosches

La silueta
Lenin Guerrero Sánchez

Haití: intervencionismo
y hambre

Fabrizio Lorusso

Al pobre diablo
Juan Manuel Roca

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
De Paso
Guillermo Samperio
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Cinexcusas
Luis Tovar


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La Jornada Semanal

 

Ricardo Venegas
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Mar de Tasmania, de Lucía Cupertino

Su belleza como una sandalia de oro
me ha herido la frente
.
Alda Merini

La poesía italiana, heredera de la colosal obra de Dante, consigna una nómina de poetas relevantes como Giacomo Leopardi, Dino Campana, Césare Pavese, Giuseppe Ungaretti, entre otros, que han sido traducidos a nuestra lengua, y otros más que, como bien lo afirmara Guillermo Fernández respecto a Pier Paolo Pasolini, no son tan conocidos, como sería deseable en México con los autores más recientes, pese a las numerosas muestras de antologadores como Emilio Coco.

Mar de Tasmania (2014), de Lucía Cupertino, editado por la editorial italiana Isolda, y presentado recientemente en el Festival Bilbolbul de Bologna, reúne un conjunto de poemas en los que la autora se sumerge en la tradición de sus antecesores: “Usted tiene que caer con la decadencia del sol/ como la hierba/ que ya no corre al norte/ a reabrir brotes/ amaneceres lanzados/ ser supremo/ turgencia/ desaparece retráctil/ y es amar manchas/ cicatrices que se fugan/ y la rugosidad de estos malditos ecos del valle/ ninguna fuente, el amor.”

Lucía Cupertino  (Putignano, Italia, 1986) es antropóloga cultural, escribe en italiano y en español y es traductora. Además, es doctoranda en Literaturas modernas, comparadas y postcoloniales por la Universidad de Bolonia, amén de sus colaboraciones frecuentes en revistas literarias.

Muy cerca de Los mares del sur (1930) del gran Cesare Pavese, Lucía emprende un viaje  similar al del gran poeta italiano que con su obra inaugura un nuevo momento en la lírica italiana, tal como lo rememoran las traducciones del flamante italianista Guillermo Fernández:  “Pero cuando le digo que está entre los afortunados que han visto la aurora/ en las islas más hermosas del mundo,/ sonríe al recordarlo y responde que el sol/ se levantaba cuando el día ya era viejo para ellos.”  Pavese describe Tasmania como una isla “rodeada de un mar más azul y feroces escualos, en el Pacífico, al sur de Australia”.

Mar de Tasmania, cuyo interior alberga dibujos de Paolo Cattaneo, es uno de los volúmenes diseñados y producidos por Mariagiorgia Ulbar con la colaboración de Andrea Bruno. La serie congrega libros que combinan la poesía y la ilustración. Tanto el dibujo como el poema parecen encender una llama que invade los mares, tal como aconteció en Pompeya, la ciudad sepultada en la eternidad, la historia que origina un mito que se repite en el poema, una metáfora que vuelve como un eco perseverante: “Entre los arcos de este puente/ crecerá mi forma de cantar./ Un eco de las cigarras/ las uñas ya se sienten planta,/ primavera y el murmullo y la ansiedad/ de la bahía entre sus curvas/. Entre estos arcos la sombra/ ha robado tanta luz en silencio/ la hierba crece y respira el orbe.”

Mar de Tasmania es un canto de navegantes varados en la tormenta, “una Pompeya que todavía no era cigarras”, que nos entrega una experiencia memorable para la poesía italiana de nuestros días.