Hugo Gutiérrez Vega
Notas sobre la historia de la prensa (VIII Y ÚLTIMO)
En la sociedad burguesa, la prensa revolucionaria, al igual que la que busca conservar su independencia, se encuentra en una situación de desventaja frente a los órganos periodísticos de carácter comercial. Esta desventaja no se deriva necesariamente de las formas de represión que el aparato político instrumenta en su contra; se une a las formas de control de la opinión, las actitudes y los criterios que el sistema posee y ejercita con eficacia creciente. No hay que olvidar que toda la compleja maquinaria de la publicidad comercial tiene un claro contenido ideológico y que, entre la prensa burguesa, las oligarquías económicas y los poderes políticos, se firma cotidianamente un pacto tácito, merced al cual las pugnas entre los grupos pueden darse siempre y cuando no rebasen los límites del juego permitido y no pongan en peligro la estabilidad del sistema.
Antes de seguir adelante conviene detenernos un poco en el análisis de las grandes empresas trasnacionales que controlan la información en el mundo. Por razones de método, creo que es necesario hacer hincapié en el hecho de que la mayor parte de los periódicos contemporáneos están organizados como empresas mercantiles, que tienden a supeditar las tareas intelectuales a los aspectos estrictamente financieros. Esta idea general no excluye, de ninguna manera, los aspectos ideológicos y de línea política del periódico. Es indudable que al constituirse como organizaciones mercantiles, los periódicos adquieren un peculiar compromiso ideológico con el sistema capitalista. Estas empresas mercantiles, cuya materia prima es la noticia, están inscritas en la complicada maquinaria de una industria trasnacional de tipo monopolístico, cuyos poderes y controles aumentan constantemente. Me refiero a las grandes agencias internacionales de noticias. En su ya citado libro, dice Vázquez Montalbán que “en los últimos años del periodismo doctrinario que, de una manera clandestina, fue un elemento determinante para el triunfo de la burguesía sobre los poderes absolutistas”, y en los primeros años del periodismo informativo, concebido como instrumento del colonialismo que se apoderaba de todos los rincones del mundo subdesarrollado y sostenía una política de generalización del comercio, nacieron las agencias internacionales de noticias como instrumento al servicio de las principales potencias colonialistas. Estas agencias profesan la mentalidad y practican las técnicas del llamado periodismo influyente, que se usa como instrumento de orientación mental de la sociedad y busca la uniformación de los comportamientos con base en los modelos propuestos por las grandes compañías trasnacionales, y en la noción de bien común impuesta por los imperialismos políticos. Las agencias nacieron en el momento en que los comerciantes consideraban que la prensa debía defender a la burguesía ante los primeros ataques del proletariado socialista. Desde sus orígenes mantuvieron el principio de la unidad entre la prensa conservadora y la liberal en torno a la defensa de una concepción del Estado basada en la continuidad de los mismos usos económicos, y en las relaciones capitalistas entre los factores de la producción.
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