Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
El espíritu de
Arturo Souto
Yolanda Rinaldi
Querido Adán
Fabrizio Andreella
Ricardo Garibay:
la fiera inteligencia
Alejandra Atala
Huerta, el humorista
Ricardo Guzmán Wolffer
Una antología personal
Marco Antonio Campos
La presencia poética
de Efraín Huerta
Juan Domingo Argüelles
Canto al petróleo
mexicano
Efraín Huerta
Kubrick: la brillante oscuridad del erotismo
J. C. Rosales, N. Pando, R. Romero,
S. Sánchez, E. Varo
Sinopsis de un verano
Tasos Denegris
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Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
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Felipe Garrido
La revelación
Para Federico Campbell
Me lo contó de viva voz, antes de que lo pusiera en uno de sus libros, y lo comentamos allá en Mundo Médico. Y luego, un día, con cervezas y enchiladas placeras lo conversamos en alguna feria y él volvió a repetirlo. Que una mañana en un parque o en el camellón de Álvaro Obregón se había hallado en el suelo un pedazo de papel medio mojado, porque estaban regando, y que allí de pie lo había leído, sin agacharse a recogerlo, porque era su vicio, por todas partes andaba leyendo lo que se encontrara. De memoria lo dijo: “Al rayo del sol, la sarna es insoportable.” Y luego: “Como buen romántico, la vida se me fue detrás de una perra.” Lo firmaba, dijo, alguien que se llamaba Juan José Arreola y que él no conocía entonces. Fue una revelación, dijo y se quedó viendo lejos. Comprendí, dijo, que las cosas se podían nombrar y decir de una forma que nunca antes nadie había usado. Yo tenía veinte años, dijo luego y ya no habló.
Viñeta de Juan Gabriel Puga
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