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Steve Reich y su 9-11
Muchas fueron las celebraciones con motivo del décimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. En todo el mundo se revivieron aquellos momentos de terror al sur de la Gran Manzana con imágenes inéditas, documentales y nueva información a propósito del hecho. Numerosos artistas dedicaron actuaciones y obras al asunto. Uno de ellos, Steve Reich, nombrado “el compositor estadunidense vivo más importante” por el Village Voice, el “pensador musical más original de nuestro tiempo” por The New Yorker, y “uno de los más grandes compositores del siglo XX” por el New York Times, también hizo su propio memorial sonoro, el llamado WTC 9/11, que editó recientemente acompañado por otras dos creaciones previas, pero igualmente inéditas: Mallet Quartet y Dance Patterns. Las tres son interpretadas por conjuntos distintos.
1. WTC 9/11, Kronos Quartet. Del cuarteto Kronos todo se sabe. Originario de Estados Unidos, fue fundado en 1973 por el violinista David Harrington. Desde su inicio ha abordado a los mayores compositores contemporáneos de la segunda mitad del siglo XX: Philip Glass, Roberto Carnevale, Steve Reich, Terry Riley, Arvo Pärt, Henryk Górecki, John Zorn, Astor Piazzolla y Kevin Volans. Ello no le ha impedido acrecentar su fama acercándose a la música popular, folclórica y de jazz, ni interpretar soundtracks como el ya mítico Requiem for a Dream. En total ha vendido cerca de dos millones de discos e interpretado más de quinientas piezas compuestas ex profeso para sus integrantes.
La obra que ellos interpretan en este disco es la que le da su nombre, y la única inédita. Escrita para tres cuartetos de cuerda, se divide asimismo en una terna de movimientos: “9/11”, “2010” y “WTC”. Lo más inquietante de su poética son los distintos testimonios hablados (sampleos) pregrabados el día de los ataques o después, provenientes de pilotos, víctimas, bomberos, etcétera.; pretextos melódicos y rítmicos extraordinariamente desarrollados por la maestría de Reich y que terminan floreciendo en manos del Kronos para erizarnos la piel sin nunca llegar al gesto exagerado, al cliché doloroso de la memoria.
Steve Reich |
2.- Mallet Quartet, So Percussion. Eric Beach, Josh Quillen, Adam Sliwinski y Jason Treuting crearon So Percussion hace doce años. Oriundos de Brooklyn, se han ganado el respeto de los compositores y seguidores del mundo contemporáneo gracias a sus aproximaciones a las obras de John Cage, Matmos, Iannis Xenakis y del propio Steve Reich (con quien también hicieron Drumming). Ex alumnos de Yale; recibieron su primer encargo a petición del gran David Lang, creador de obras como The Little Match Girl Passion y líder de Bang On a Can. En 2009 fueron comisionados por la Academia de Música de Brooklyn para componer Music for Trains in Southern Vermont and Imaginary City. Su influencia ha sido tanta que ahora son codirectores del Bard College-Conservatory of Music y han creado el So Percussion Summer Institute en la Universidad de Princeton. Además, se han presentado en el Lincoln Center Festival y en el Carnegie Hall, y han girado por Inglaterra, Rusia, Australia, Italia, Alemania, España y Ucrania.
Pues bien, la obra que Reich muestra con So Percussion es Mallet Quartet (2009), una partitura pensada para dos vibráfonos y dos marimbas de cinco octavas, cuya estructura se divide en tres movimientos llamados, literalmente, Fast, Slow y Fast. Según las propias palabras del compositor, en los movimientos rápidos (Fast), las marimbas se encargan del fondo armónico en canon, mientras que en el lento cambian de rol con los vibráfonos. Originalmente fue escrita con motivo del 25 aniversario del cuarteto Amadinda de Budapest, para luego ser interpretada por Nexus en Toronto y Synergy en Australia. Sin duda un ejercicio líquido que tras la gravedad de “WTC 9/11” ayuda a recomponernos y relajar al espíritu. Finalmente hay que decir que es la única de las tres piezas acompañada por un DVD independiente en el que se muestra el proceso creativo y su puesta en escena.
3. Dance Patterns (2000). Esta fue una de las diez obras comisionadas a compositores contemporáneos por la coreógrafa Anne Teresa de Keersmaeker para el trabajo escénico (But if a look should) April Me de la compañía rosas y el ensamble Ictus. Una de las cosas más interesantes es que fue hecha para vibráfono, xilófono y piano, todos a cuatro manos. Magnífico cierre de una obra a tres partes, concebida como un gran concierto con estreno incluido. Así que ya lo sabe el buen melómano: Steve Reich ha sacado nuevo disco. A por él. Y punto.
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