Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 12 de junio de 2011 Num: 849

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora Bifronte
Jair Cortés

Monólogos Compartidos
Francisco Torres Córdova

Entre el corrido y
la lírica popular

Adriana Cortés Koloffon
entrevista con Margit Frenk

Un muralista en la UAEM
Óscar Aguilar

Borges y el jueves
que fue sábado

Ricardo Bada

Con Borges en Ginebra
Esther Andradi

Borges en catorce versos
Ricardo Yáñez

Los halcones, cuatro décadas
Orlando Ortiz

Leer

Columnas:
Galería
Rodolfo Alonso

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido

Fortuna

Un hombre que había hecho una inmensa fortuna robando a los demás, como se hacen las fortunas, estaba contando las monedas de oro que guardaba en su recámara, y haciendo mentalmente una lista de sus propiedades. Un fastidio, porque siempre perdía la cuenta. “En verdad –se dijo– tengo una gran fortuna; no conozco los límites de esta casa; me acompaña la mujer que hoy apetezco; mis hijos se preparan para sucederme. Mucho he trabajado –llamaba trabajo a sus embustes–, y mucho tengo que gozar.” En eso estaba cuando llegó el ángel de la muerte: “Tu tiempo ha terminado.”  “No es justo –dijo el hombre–. Mucho he trabajado; déjame gozar de mi fortuna. Te daré la mitad.” Y el ángel de la muerte le contestó:  “Insensato, conmigo no hay tales tratos.” “Está bien –dijo el hombre–, sólo permíteme dejar un mensaje.” El ángel asintió y el hombre alcanzo a escribir: “No guardes lo que no puedas gastar.” [De las historias de san Barlaán para el príncipe Josafat.]