Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Soneto
Ricardo Yáñez
Ciego Dios
Alfredo R. Placencia
Alfredo R. Placencia,
del dolor a la alegría
Raúl Bañuelos
Entrevista con
La Santa Muerte
Fabrizio Lorusso
Gonzalo Rojas:
eso que no se ve
Ricardo Bada
Hambre de México
Gonzalo Rojas
La Revolución árabe y la política del imperialismo. Un debate necesario
Pedro Fuentes
Javier Sicilia
y otras cuestiones
Marco Antonio Campos
Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Cinexcusas
Luis Tovar
La Jornada Virtual
Naief Yehya
A Lápiz
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Artes Visuales
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Guerras a control remoto
Alien y Predator vs. Libia
El 25 de abril de 2011 cayó el primer misil Hellfire disparado por un avión dron sobre un lanzacohetes del ejército libio en la ciudad de Misurata. Mientras el conflicto en contra del régimen de Muammar Kadafi sigue empeorando y las potencias europeas comienzan a enviar “asesores”, Obama insiste en su estrategia de comprometerse sin comprometerse, de tratar de complacer a todo el mundo, a la derecha belicista y reaccionaria, y a los bombarderos humanitario-izquierdistas de escritorio. Muy pronto quedó claro que el intervencionismo armado en la revuelta libia implica serios dilemas estratégicos, técnicos y morales. Una zona de restricción aérea resultaría una ayuda menor, casi simbólica, como demostró Saddam Hussein tras la primera Guerra del golfo, cuando aplastó el levantamiento chiíta, que fue instigado y luego abandonado por la Casa Blanca. Por tanto, la declaración del Consejo de Seguridad en realidad sólo era el primer paso de una serie de acciones bélicas, un ritual autocomplaciente para legitimar una agresión. Obama, por su parte, se inclinó por su recurso predilecto, el dron, un arma controlada desde tierra (a veces por “pilotos” ubicados a miles de kilómetros del frente) que pone en evidencia que la proverbial “bruma de la guerra” no se disipa con cámaras sofisticadas y tecnología de videojuegos. Obama y sus generales han argumentado que el dron reduce el número de víctimas civiles, pero cualquier observador medianamente atento de las guerras recientes sabe que el uso intenso de drones en Pakistán y Afganistán se ha traducido en pilas de cadáveres de inocentes. Pero cuando el único daño es “colateral” y las propias tropas no corren ningún peligro, el control remoto parece una estupenda opción.
Wikileaks y el Casio F-91W
El 24 de abril por las noche, la organización Wikileaks publicó un nuevo paquete de documentos clasificados, en esta ocasión 759 expedientes de los presos que eu tiene y ha tenido en su gulag caribeño en Guantánamo. Las revelaciones en general vienen a confirmar lo que se sabía respecto de las ridículas condiciones de sometimiento, humillación y abuso que prevalecen en esa colonia penal; ponen en evidencia la injusticia de que son y han sido víctimas cientos de individuos inocentes capturados por error, negligencia o incompetencia. Pero entre los argumentos incongruentes y absurdos con los que cientos de sujetos son encerrados, interrogados y olvidados, quizás el más significativo es que consideran un reloj Casio como el “signo de Al Qaeda”. Los interrogadores del ejército estadunidense son entrenados para reconocer que un reloj digital de plástico, barato, Casio F-91W, que se puede comprar en prácticamente cualquier país del mundo e internet por el equivalente a 80 pesos, era la evidencia de que el portador había tenido entrenamiento para fabricar bombas. El reporte señala: “Aproximadamente la tercera parte de los detenidos en Guantánamo que fueron capturados con este reloj tenían conexiones con explosivos…” Sería interesante explorar la lógica de este argumento: ¿era este reloj una especie de premio para los graduados de los cursos de explosivos?, ¿un emblema de pertenencia a un grupo exclusivo?, ¿un dispositivo con el potencial de activar bombas? La lógica es infantil, eructada de las fantasías hollywoodenses y las narrativas de súper héroes que en este tiempo de guerras han regresado con más vitalidad que nunca. Para los genios del terrorismo internacional, el hecho de que este es uno de los relojes más comunes y económicos del mundo no tenía nada que ver con su abundancia.
Otro dictador zombi
El gobierno de Siria fue uno de los más cautelosos y desconfiados de internet. Ahora se demuestra que tenían razón. Cuando Bashar al Assad tomó el poder hace once años, se esperaba que este joven oftalmólogo, dinámico y sensible rompiera con la tradición represora del partido Bath; que aprovechara la paz que logró imponer su padre, Hafez al Assad, sin duda con un alto costo (basta considerar la masacre de Hama, en 1982), para democratizar el país manteniendo el papel independiente de Siria en una región explosiva. Bashar mantuvo la línea de su padre pero no cumplió el sueño popular. En cambio, decidió regresar el tiempo a 1982 y, en cuanto miles de manifestantes salieron a las calles a pedir democracia, dejó que las fuerzas de la represión llevaran a cabo su usual trabajo sucio, pero esta vez, gracias a la red, los ojos del mundo estuvieron atentos y el cuento de que los manifestantes pertenecían a una conspiración internacional de agentes israelíes, fanáticos musulmanes o a Al Jazeera fue ridiculizado hasta por sus seguidores. Si hay algo seguro, para bien o para mal, es que la Primavera árabe es apenas el comienzo de una era de cambio y revolución.
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