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Directora General: CARMEN LIRA SAADE Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER Domingo 27 de junio de 2010 Num: 799 |
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Bazar de asombros La dignidad se llama José Saramago Tres poemas José Saramago, un lusitano indomable Saramago: el gran lagarto verde y las tentaciones de San Antonio José Saramago: un desasosegador incansable Responso triste por una amistad remota Columnas: |
Manuel Stephens Cuerpos fronterizosLa temporada Voces del interior organizada por Los Talleres convocó a agrupaciones de Baja California, Puebla y Sinaloa. Péndulo Cero, compañía con sede en Tijuana, fundada en 2007 y dirigida por Carlos González y Miroslava Wilson, presentó un programa conformado por dos obras. Ciudad de pájaros, de Gabriel Ledón, es un divertimento que se insertaría fácilmente en la danza para niños; en él se recrean las relaciones entre tres aves y su juego en los alambres de la luz eléctrica. La versión que pudimos ver es una adaptación que reduce los intérpretes a dos y que se desarrolla sobre una pequeña tarima de no más de metro y medio cuadrado. El resultado es interesante por las condiciones en que tiene lugar la acción –mucho más que el trío original–, pero no deja de ser de una ingenuidad trasnochada y excesiva, a pesar del desempeño de los bailarines, por lo que habría que considerar que debe presentarse sólo a públicos específicos. Bodiesarenotborders, de Neri, bajo una idea original de Péndulo Cero, fue realizada mediante una residencia apoyada por el Instituto de Cultura de Baja California. Neri se da a conocer cuando gana en 2007 el International Internet Dance Festival SideBySide-Net, del Festival Internacional de Danza de Dusseldorf. El coreógrafo cerró el Festival con el programa completo Cuerpo folklórico. Life Steps, la pieza ganadora, aborda las etapas de la vida y su relación con elementos culturales disímiles involucrados, y asienta una de las premisas del trabajo de Neri: la fusión entre tradición y contemporaneidad.
En 2009, Neri coreografía con la agrupación de arte escénico multimedia Gamultimedia, dirigida por Gabriel Arteaga, el malogrado espectáculo Mexicano, que “tiene como tema el sacrificio humano en la cultura de los antiguos mexicanos: la muerte en auxilio de la vida”. La obra era por entero ilustrativa bajo parámetros condicionados por un imaginario generado por Hollywood, sin profundización histórica alguna, e interpretado con una gestualidad más que epidérmica. Además de que el título, Mexicano, se presta a confusiones, pues reduce el espectro identitario de lo que sería “ser mexicano” a un solo aspecto y crea expectativas que no se cumplen. Bodiesarenotborders aborda la agobiante atmósfera física y emocional que se vive en Tijuana. La obra inicia con los bailarines entregando hojas con irónicos textos, mismos que se anima a los espectadores a leer en voz alta y que revelan visiones propias y externas sobre tj o Tijuas, como la llaman los compas: “No tenemos una antigua leyenda de cantos y misterios; nuestra leyenda la estamos forjando ahora” (el origen); “Lo más bonito de Tijuana es San Diego” (el malinchismo y la relación fronteriza); “A los niños y niñas se les llama ‘morros’; cuando crecen los hombres ya no lo son, las mujeres siguen siendo ‘morras’” (el sexismo). La escenografía reproduce con láminas el muro fronterizo en uno de sus ángulos. Los migrantes esperan sentados junto a éste. A partir de este momento la angustia de cruzar “al otro lado” se vuelve una constante. Con un sutil simbolismo, una bailarina vestida en verde y rojo, colores de nuestra bandera, “regresa” y se inicia un kinético periplo de los personajes que se debaten frente a la artificial división territorial.
El movimiento, con la valla fronteriza como protagonista, se dirige a la consecución del espacio como uno de incesante tránsito y demográficamente saturado como lo es Tijuana. También se mencionan los estragos del narcotráfico y la transformación que ha sufrido la ciudad en la que, se nos había dicho, las personas salían a correr y los guardias estadunidenses sólo los veían pasar. La composición coreográfica es de una limpieza notable y logra integrar el uso de la voz, el video y los recursos escenográficos y técnicos (como la amplificación del sonido junto al “muro”). La escena final, en que los bailarines en fila repiten obsesivamente la misma secuencia en diferentes direcciones, aludiría tanto al incesante cruce ilegal, a las largas filas de autos dirigiéndose a la aduana, como a la sumisión a un entorno que sojuzga, mientras que uno de los personajes no deja de gritar: “¡Basta!” Bodiesarenotborders es una obra que logra capturar el espíritu de Tijuana, de ese mundo que son las ciudades fronterizas, con todas sus desventuras, y muestra a Neri como un coreógrafo en pleno dominio de sus materiales y contundente en la dirección de los intérpretes a quienes habrá que seguirles la pista. |
