Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 26 de abril de 2015 Num: 1051

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Tres poetas

José Kozer:
claroscuros de
emoción e inteligencia

Jair Cortés

La pintura en la
Bolsa o el arte
como valor seguro

Vilma Fuentes

Eduardo Galeano
y los zapatistas: con
los dioses adentro

Luis Hernández Navarro

Eduardo Galeano:
escribir en el
siglo del viento

Gustavo Ogarrio

Galeano y el
oficio de narrar

Adriana Cortés Koloffon
entrevista con Eduardo Galeano

Fragmento de
una biografía

Nikos Karidis

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Felipe Garrido

Fortuna

Hubo un hombre, príncipe dilectísimo, que tenía enormes posesiones y un sótano lleno de monedas y piedras preciosas. Un día bajó y vio que había reunido más de lo que podía contar. “En verdad tengo una gran fortuna –se dijo–; he trabajado mucho y he tenido enormes privaciones, pero ahora soy en verdad rico. Me casaré con una joven y hermosa mujer, y con ella disfrutaré de mi fortuna.”

En eso estaba cuando llegó el ángel de la muerte y le dijo: “Tu tiempo ha terminado; sígueme.” El hombre palideció:  “No es justo –protestó–. Mira todo lo que tengo. Mucho he trabajado, mucho he sufrido para obtenerlo. Mira, te daré la mitad, pero déjame vivir un poco más.” “Insensato –replicó el ángel– ¿para qué quiero yo tu dinero?” Cuando el hombre vio que no lograría nada, le suplicó que le permitiera dejar un mensaje. En el muro, al lado de sus tesoros, escribió: “No atesores lo que no puedas gastar.”

[(De Las historias de san Barlaán para el príncipe Josafat.)