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Enrique Florescano
historiador, humanista y maestro
Juan Ortiz Escamilla
Homenaje de la Universidad Veracruzana
Me considero un hombre afortunado porque desde mi formación como historiador me sentí fuertemente atraído por los trabajos de Enrique Florescano, concretamente con Relaciones geográficas y Los precios del maíz. Después fui su alumno en El Colegio de México y en los últimos seis años he trabajado con él de manera muy cercana. Gracias a su generosidad, pasé de ser un ávido lector a su coautor de Actores y escenarios de la guerra de 1810, y de los tres tomos que conforman el Atlas del patrimonio natural, histórico y cultural de Veracruz.
Enrique Florescano Mayet nació en Coscomatepec, Veracruz, el 8 de julio de 1937. Se fue a Xalapa para estudiar derecho, a sugerencia de su padre, y luego eligió la historia como vocación en la Universidad Veracruzana. Hizo la maestría en Historia universal en El Colegio de México y el doctorado en Historia en la École Pratique des Hautes Études de la Universidad de París, Sorbona. Ha sido profesor en numerosas instituciones de educación superior, como El Colegio de México, UNAM, Cambridge University, el Getty Center for the Humanities y Yale University.
Desde puestos directivos en organismos oficiales ha sido un infatigable promotor de numerosos proyectos de investigación histórica. Fue jefe del Departamento de Investigaciones Históricas (1971-1976), director de Estudios Históricos (1977-1982) y director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (1982-1988). Desde 1989 funge como director adjunto de Proyectos Históricos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Fundó y dirigió la revista Nexos (1978-1982). Dirige la colección Biblioteca Mexicana del Fondo de Cultura Económica y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y coordinó la colección Pasado y Presente de la editorial Taurus. Actualmente coordina la colección Veracruz Siglo XXI, coeditada por la Universidad Veracruzana y la Secretaría de Educación.
Algunos premios y reconocimientos.
En 1970 recibió el Premio Fray Bernardino de Sahagún, por su libro Precios del maíz y crisis agrícolas en México, 1708-1810, el cual fue considerado “como la mejor obra histórica de autor mexicano editada en 1969”. En 1976 recibió el Premio Nacional de Ciencias Sociales, otorgado por la Academia de la Investigación Científica. En 1982 el gobierno francés le hizo entrega de las Palmas Académicas; en 1985 fue nombrado Caballero de l’Ordre National du Mérite por el presidente de Francia, François Mitterand. En 1996 obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía. En la actualidad, Enrique Florescano es investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores.
En noviembre de 1996 el Centro Cultural y Social Veracruzano, A.C., le otorgó el reconocimiento de Veracruzano Distinguido, por su destacada trayectoria académica. En 1998 el Gobierno del Estado de Veracruz le otorgó la medalla Gonzalo Aguirre Beltrán. En 2000 recibió la Presea Miguel Othón de Mendizábal otorgada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y en 2002 recibió el Premio Francisco Javier Clavijero, instituido por el Gobierno del Estado de Veracruz, por su contribución al Arte y la Cultura de México. Finalmente, cabe mencionar el Premio de Periodismo Cultural 2010 otorgado por la Asociación Iberoamericana de la Comunicación, en colaboración con el Principado de Asturias y la Universidad Nacional Autónoma de México.
A los mencionados reconocimientos se suma este merecido homenaje nacional que las instituciones mexicanas de educación superior, como la Universidad Veracruzana, El Colegio de México, CIESAS, CIDE, Carso-Condumex, UNAM, Instituto Mora, INAH, la Universidad Michoacana y el gobierno del Estado de Veracruz, han preparado para celebrar la polifacética biografía intelectual de Enrique Florescano: escritor, profesor, historiador e impulsor de instituciones.
¿Qué tiene de particular la personalidad y obra de Enrique Florescano? Su capacidad para dialogar con distintos grupos sociales y en diversos escenarios, por ejemplo, en la academia, con autoridades locales, estatales y con comunidades. Enrique Florescano es un caminante incansable, en busca de conocimiento, formador de grupos de trabajo y transmisor de los saberes hacia el público en general. Podemos asegurar que Enrique Florescano es un veracruzano y mexicano universal de tiempo completo.
Brevemente haré referencia al legado que Enrique Florescano deja a los veracruzanos en seis años de intenso trabajo: me refiero a los atlas y a los libros de historia sobre temas fundamentales. Desde 1996, Enrique Florescano y un grupo de destacados científicos acuñaron la categoría de patrimonio en el sentido que hoy tiene, entendido como el conjunto de “bienes sociales y de responsabilidad común”. Los trabajos interdisciplinarios de las veintitrés obras publicadas, así como las siete más en proceso de edición sobre el estado de Veracruz, evidencian los amplios conocimientos que por disciplina se han alcanzado en México. Qué importante es que los académicos dialoguemos en torno a una preocupación común: el futuro de los patrimonios de México. De esta manera el conocimiento deja de ser exclusivo de una élite y comienza a socializarse, primero entre académicos y en el futuro con todos los actores sociales.
Lo deseable sería que los resultados de las publicaciones fueran tomados en cuenta para la instrumentación de las políticas públicas en los tres niveles de gobierno, así como en las acciones emprendidas por organismos no gubernamentales, por la sociedad civil y por cada uno de los habitantes de Veracruz.
Los que participamos en la elaboración de los atlas estamos conscientes de que la responsabilidad para alcanzar la preservación y la recuperación de los patrimonios de México no es exclusiva de los gobiernos, de una institución o grupo social en particular, sino de cada una de las personas que habitamos este planeta y de la sociedad en su conjunto.
El espíritu que anima la elaboración y difusión de los atlas es la certeza de que en la medida en que las comunidades estén conscientes de la riqueza de estos bienes y la importancia de su preservación, serán más eficientes para utilizarlos en su beneficio y cuidado. En esta dirección, en un mundo globalizado, el patrimonio no puede ser apropiado en tanto no se provean los instrumentos internacionalmente diseñados para la protección y certificación de los bienes patrimoniales en custodia de las comunidades, que puedan redundar en sus beneficios concretos. Esta garantía posibilitará su atención, promoción y expansión por los propios beneficiarios. Por tanto, nuestra intención ha sido refrendar la responsabilidad de la universidad pública, no sólo en la transmisión del conocimiento, sino en su innovación y aplicación a realidades susceptibles de ser transformadas en provecho de las comunidades.
Con los trabajos coordinados por Enrique Florescano, se ofrece al público en general un instrumento de consulta con información enciclopédica básica que apoyará al sistema educativo en todos los niveles, reforzará los valores identitarios de los veracruzanos e incrementará el bagaje cultural de la sociedad.
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