Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Bitácora Bifronte
Ricardo Venegas
Hablo...
Manolis Anagnostakis
Ritual
Salvador García
Con la música a otra parte (la lírica migrante queretana)
Agustín Escobar Ledesma
Fechas como cortes
de caja
Raúl Olvera Mijares entrevista con Rafael Tovar y de Teresa
El otro Melchor
Orlando Ortiz
Del imaginario y
otras teorías
Natacha Koss
Se toca lo que se escucha
Alain Derbez
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Columnas:
El sobreviviente
Javier Sicilia
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Cinexcusas
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Corporal
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Felipe Garrido
Al Vuelo
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La Otra Escena
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La humana tecnología
Llego al centro comercial y lo primero que veo es una tienda de aparatos electrónicos ofertando todo a mitad de precio. La curiosidad me jala del hombro y entro. Lo primero que miro son largos pasillos repletos de computadoras, televisiones, cámaras, ipods, emepetrés, y todavía más celulares, más ipods y más emepetrés. Es casi indigerible la cantidad de aparatos acomodados uno después de otro, en los anaqueles y estanterías. Toda la gente viendo, revisando, preguntando qué hacer con este botón, qué con este otro. Me da gusto ver, de pronto, todo esto que el hombre ha inventado, pero al cabo de un rato de caminar pasillos y pasillos en donde encontré personas que ni siquiera me dijeron con permiso o buenos días porque estaban impávidas ante las nuevas aplicaciones del ipod, o absorbidas con las maravillosas funciones de la videocámara, o atónitas ante la nueva generación de videojuegos, me sentí más solo que nunca, olvidado en medio del mar. Quizá por eso, cuando el empleado de la tienda vino corriendo para decirme que si no me gustaban esos televisores High Definition podría mostrarme los Full High Definition recién llegados, me encogí de hombros y no tuve más remedio que decirle que no, que sólo estaba de paso por aquí y que, como uno suele hacer en estos casos, ya me iba. |