Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 1 de mayo de 2011 Num: 843

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora Bifronte
Ricardo Venegas

Hablo...
Manolis Anagnostakis

Ritual
Salvador García

Con la música a otra parte (la lírica migrante queretana)
Agustín Escobar Ledesma

Fechas como cortes
de caja

Raúl Olvera Mijares entrevista con Rafael Tovar y de Teresa

El otro Melchor
Orlando Ortiz

Del imaginario y
otras teorías

Natacha Koss

Se toca lo que se escucha
Alain Derbez

Leer

Columnas:
El sobreviviente
Javier Sicilia

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Manuel Stephens

Petrushka

LaLeget Danza y el Ballet de Cámara de Morelos presentaron una versión para niños del clásico Petrushka. El ballet original fue coreografiado por Michel Fokine con música de Igor Stravinsky, teniendo en el papel principal a Vaslav Nijinski y se estrenó en 1911 con los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev. Los Ballets Rusos revolucionaron la danza, el diseño en escenografía, vestuario e iluminación, dieron lugar a un nuevo modo de producción y colaboración entre artistas, así como comisionaron algunas de las obras musicales más importantes para la modernidad. Diaghilev era un empresario y visionario del arte en todas sus manifestaciones.

Petrushka cuenta la historia de una marioneta con corazón humano, pero tiene una vida trágica. Al principio el personaje se conforma con ser un autómata, pero se enamora de una bailarina y trata de ganar su amor, aunque todos los personajes parecen estar en su contra. Él la pierde, muere y todos hacen burla de él, pero Petrushka regresa y comparte la risa con el resto de los personajes.

El guión de Stravinksy y Alexandre Benois retoma una tradición teatral europea en la que el protagonista es mitad cómico y mitad trágico, como Pierrot y Puck, que no son tomados en cuenta; son personajes graciosos que por alguna razón siempre caen en la mala fortuna.

La tragicomedia y el final de Petrushka, regresando a la vida, tiene fuertes connotaciones con el “teatro del mundo”, en el sentido que todos interpretamos papeles a lo largo de nuestra vida.

La adaptación que hace el coreógrafo Diego Vázquez, al dirigirse a los niños, se inclina por el tono lúdico y elimina el final trágico. A diferencia de la historia original de Benois –y Stravinsky–, nos dice Vázquez, “en este caso el Moro no mata al muñeco de trapo, sino que Charlatán entra a tiempo, los separa y se lleva a Petrushka para encerrarlo en su celda para siempre. En medio de lo que aparenta ser un final desolador, Petrushka sorprende a Charlatán con una intervención inesperada, dejando abierto el final de esta historia”. Petrushka deja su celda y se encuentra con la Bailarina.

Este cierre del ballet más que abierto resulta confuso, pero la obra cuenta con buenos bailarines y una excelente producción del programa Alas y Raíces –que se dedica a espectáculos infantiles–, Danza UNAM y las compañías involucradas.

Al terminar el ballet, Vázquez y la compañía en pleno invitan a los niños a subir al escenario para que bailen los temas de cada uno de los personajes que se relacionan con instrumentos y frases musicales, un tanto a la manera de Pedro y el lobo, de Sergei Prokofiev.

La primera idea, que después sería retomada para bailarse, era puramente musical. Stravinsky acababa de terminar Pájaro de fuego y estaba por empezar su siguiente proyecto con Diaghilev –La consagración de la primavera–cuando interrumpió sus planes para componer una pieza que no fuera balletística. Quería escribir una pieza para piano y orquesta en la que el piano parece estar siendo atacado por el resto de los instrumentos. El piano contestaría a la agresión, ganaría en fuerza, pero al final la orquesta vence.

Posteriormente, Stravinsky empezó a visualizar la partitura como una competencia entre una marioneta, representada por el piano, y la orquesta. Cuando la terminó, comenzó a buscar una imagen que lo había acompañado en la composición. La encontró en una palabra: “Petrushka”, el inmortal e infeliz héroe de las ferias.

El compositor comenta su proyecto a Diaghilev quien, tras haber escuchado la música, decide producir un ballet con ella a la brevedad posible.

Petrushka es quizá el ballet más famoso dentro del repertorio moderno y ha sido montado y vuelto a montar por las compañías más importantes del mundo. Retomar obras fundamentales como este ballet y la música del genio de Stravinsky, debería ser una práctica más frecuente. El ballet de Vázquez es un trabajo muy respetuoso que captura la atención de los niños, quienes permanecen atentos hasta el fin de la función y disfrutan de bailar en el foro.

Con Petrushka, Stravinsky rinde homenaje a Nijinski cuya interpretación es mítica y, de acuerdo con el compositor, nunca será igualada.