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Directora General: CARMEN LIRA SAADE Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER Domingo 21 de febrero de 2010 Num: 781 |
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Bazar de asombros Un año en la vida de José Revueltas Aurora M. Ocampo: el dígito y la sílaba Poema Escenas de barrio latino Esther Seligson: vencer al tiempo Tomás Eloy Martínez o la obsesión de volar Columnas: |
El valor de Alejandro SanzHa llovido mucho desde nuestro primer encuentro, hace casi diez años. En ese tiempo hemos atestiguado su trabajo discográfico pero también valiosos momentos de creación, producción y amistad. Empero, nunca habíamos publicado nada en este tono. La principal razón es, simplemente, que no solemos comprar boletos para conciertos pop, pues normalmente el pop no cumple con las dialécticas del arte (tensión vs. relajación, actividad vs. pasividad, interpretación vs. dinámica, etcétera). Otra razón: la sana distancia entre lo objetivo y lo personal, irremediablemente subjetivo. Sin embargo y llevamos semanas queriéndolo compartir, en el caso de Alejandro Sanz, como en el de muy pocos de su género, vale la pena subrayar aspectos artísticos notables, significativos para melómanos interesados en músicas sofisticadas y lejanas al cotilleo. Biografías aparte, sólo digamos que Alejandro Sanz nació lejos del privilegio económico o de una estirpe relacionada con el poder mediático español. Amante natural del sonido flamenco y del ambiente de su tradición geográfica, desde muy joven aprendió palos y bulerías con una técnica guitarrística que hoy raya en el virtuosismo, pero que se sabe humilde frente a estrellas del instrumento como Paco de Lucía y Vicente Amigo, colegas y colaboradores en cuyo juicio podemos confiar a ciegas pues, ¿qué necesidad tienen semejantes monstruos de grabar con alguien a quien no respetan?
Sin cansar con nombres y apellidos de una larga lista, podemos decir, además, que entre los músicos que hoy integran su banda se hallan dos titanes en el mundo del jazz y la fusión: Nathaniel Towns ley y Armand Sabbal-Lecco, baterista y bajista con grabaciones memorables al lado de leyendas como Joe Zawinul y Stanley Clarke. Ellos, sumados al resto de un conjunto que mezcla talentos ibéricos y estadunidenses, logran que la potencia del proyecto llegue a dimensiones aplastantes en vivo. Así lo corroborarán quienes asistan a sus conciertos durante la gira mexicana de Paraíso Express, a iniciarse esta misma se mana en el DF, Guadalajara y Monterrey. Otro punto insoslayable tiene que ver con la capacidad del músico para componer y participar en arreglos y decisiones de producción. No se trata de un figurín a quien le escogen repertorio y vestuario, sino de un tipo enterado, actualizado en lenguajes contemporáneos, que sabe sonorizar con sutileza cualquier estado anímico. De ahí que tantos creadores considerados más “serios” vean en él a un tipo de respeto; a un dotado que se hizo a sí mismo atendiendo al eco de la gente pero sin sacrificar el sentido de su búsqueda. Eso nos consta. Trátese de los temas de un álbum, del orden de canciones para un concierto, de las luces, escenario o estrategia de promoción, Sanz dirige distintos equipos y participa poniendo en funcionamiento lo aprendido en más de dos décadas de carrera, lo que constantemente lleva a resultados de alta calificación. Lector de escritores variopintos como Juan Gil de Biedma, Juan José Arreola, Victor Frankl (sí, el de la Logoterapia) o Jaime Sabines, entre sus regocijos encontramos no sólo el uso de ritmos pop con metales, coros, guitarras y teclados, sino líricas inspiradas que muy seguido brillan desde una literatura superior a la de sus pares en el Top 40 de popularidad. ¿Ejemplos? Aquí uno muy breve del disco El al ma al aire: “Tiene Buenos Aires un rincón en un jardín prohibido, un tal Piazzola, amigo de un gorrión, que le presta el nido para ver de plata amanecer, de oro atardecer, de madrugada una mirada de mujer.” Así las cosas y como revelación final, concluimos empalizando con los muchos seguidores que, sin ser adolescentes en desarrollo o sin conocer a fondo el repertorio de Alejandro Sanz, reconocen en él a un intérprete de altura, de esos que prefieren trascender desde la imperfección de un coro desgarrado, en lugar de maquilar frutos plásticos y retocados a destajo, como tantos que carecen de anclaje en la simple y llana clasificación de lo bien hecho. Punto. EPÍLOGO Para quienes llegaron a esta línea con incredulidad o indiferencia, recomendamos también otros dos conciertos. Hoy mismo, el Cuarteto de Nos en el Lunario. Un grupo de rock uruguayo ver daderamente bueno e inteligente. Y mañana, claro está, Massive Attack en el Auditorio Nacional. Imperdible. |
