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de Gabriela Valenzuela Navarrete sobre Más allá de latitudes y poesía
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FELIPE GARRIDO
EL SAPO Y LA LLUVIA
En otro tiempo no había maíz y el hombre sufría hambre. Entonces envió al cuervo para que se lo robara al diablo. El diablo lo vio llegar y le preguntó: "¿Qué vienes a robarme?" El cuervo no dijo nada; en cuanto el diablo se descuidó se robó el maíz y fue con el hombre para decirle cómo debía sembrarlo; pero como no llovía nunca, las matas se secaron. El cuervo fue con el dios de la lluvia y le pidió que se la mandara al hombre. El dios dijo que así lo haría, pero lo que hizo fue golpear al cuervo con el viento. Lo mismo sucedió con la paloma y el perro. Entonces el sapo salió por la lluvia, y fue dejando a sus hijos en el camino. El dios, como siempre, dijo que sí la mandaría, pero lo que hizo fue correr tras el sapo para golpearlo con el viento. Cuando lo alcanzó, vio que adelante había otro sapo, y otro, y otro. Y así, de sapo en sapo, llegó hasta el hombre. Desde entonces, dicen los viejos, las lluvias y los sapos llegan juntos.
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