Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Bunker, el soplón
Ricardo Guzmán Wolffer
Salvador Novo,
un disidente
Gerardo Bustamante Bermúdez
Campo de Ourique
Jorge Valdés Díaz-Vélez
Semiótica de la barbarie
Carlos Oliva Mendoza
Victoriano Salado
Álvarez en su tinta
Zelene Bueno
Los Episodios
Nacionales Mexicanos
María Guadalupe Sánchez Robles
Salado Álvarez,
un brillo en la
niebla del olvido
Jorge Souza Jauffred
Van Gogh y Artaud:
¿genio y locura?
Vilma Fuentes
La gran batalla
Tasos Livaditis
Leer
Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal |
|
La gran batalla
Tasos Livaditis
Alguna vez, al partir
hacia una gran batalla
tal vez te ocurrió oír de pronto desde
una ventana
el sonido de un piano.
Quizás una niña con los dedos blancos
o un hombre con manos fuertes
tocan aquella triste melodía
que te recuerda tus años de infancia
los amores perdidos
todo lo que soñaste sin vivirlo
los jazmines que te devolvieron
tu corazón que pisaron.
Tú te detienes con la boca abierta
oyendo bajo la lluvia –
pero debes apresurarte, avanzan los demás
ya se perdieron en la esquina de la calle.
Y así como echas a andar con paso largo
tus años de infancia
los amores perdidos
todo lo que soñaste sin vivirlo
los jazmines que te devolvieron
tu corazón que pisaron
también echan a andar a tu lado
a luchar
contigo.
|
Tasos Livadistis (1922-1988) estudió Derecho en Atenas y trabajó como periodista. Vivió en el exilio de 1947 a 1951. Junto con Titos Patrikios y Takis Varvitsiotis, entre otros poetas ya publicados en este espacio, perteneció a la Primera Generación de Postguerra que, en opinión del filólogo Dimitris Armaos, creció y afinó su voz “en un ambiente de conversación en voz baja, de tono inesperadamente melancólico (de ahí también el nombre de Generación de la Derrota), pero muy humano y por supuesto en asonancia con el clima general de pobreza que dominaba en la sociedad neohelena.” Recibió varios premios nacionales e internacionales. Mikis Teodorakis puso música a algunos de sus poemas.
Véase La Jornada Semanal, núm. 839, 3/IV/2001
Versión de Francisco Torres Córdova |
|
|