Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Bunker, el soplón
Ricardo Guzmán Wolffer
Salvador Novo,
un disidente
Gerardo Bustamante Bermúdez
Campo de Ourique
Jorge Valdés Díaz-Vélez
Semiótica de la barbarie
Carlos Oliva Mendoza
Victoriano Salado
Álvarez en su tinta
Zelene Bueno
Los Episodios
Nacionales Mexicanos
María Guadalupe Sánchez Robles
Salado Álvarez,
un brillo en la
niebla del olvido
Jorge Souza Jauffred
Van Gogh y Artaud:
¿genio y locura?
Vilma Fuentes
La gran batalla
Tasos Livaditis
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Campo de Ourique
Jorge Valdés Díaz-Vélez
Lo que vemos no es lo que vemos,
sino lo que somos
Fernando Pessoa
El último día de invierno
frente a la casa de Pessoa,
un parpadeo de vencejos
dibuja la caligrafía
de sus presencias instantáneas.
Se deslizan entre las líneas
donde se apoya la fachada,
rozan apenas el alero
con sus trinos. Atravesamos
la calle Coelho da Roca
para observar la rajadura
primaveral de otra Lisboa.
Los ojos miran más adentro
la claridad sin pausa. Veo
el tornaviaje de los pájaros,
los nombres del que estuvo aquí,
el que me observa desde arriba
tras el cristal de su mañana. |
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