Vandalismo institucional
Aprobar a rajatabla
La protesta salta
César Martínez
Desbocados por aprobar la reforma
Próspera industria: el secuestro
Los libros que Slim dice que leyó este año
Hechos y actos de un júnior frívolo
La Estela de luz, corrupción emblemática
La contrarreforma, la entrega, el dolor
Fiesta en Los Pinos
Deterioro en el país
Manos extendidas
México. El aciago 2013 y el incierto 2014
Delincuentes
Zacatecas y la minería: un ejemplo de lo que se avecina
El Rey León reclama su lugar entre los grandes
Torrente de recue
n la segunda vuelta de las elecciones presidenciales chilenas, realizada ayer, la ex presidenta Michelle Bachelet, de la coalición Nueva Mayoría, obtuvo un triunfo aplastante, de 62 contra 38 por ciento, sobre su rival, la candidata del oficialismo Evelyn Matthei, de la derechista Alianza por Chile. La victoria de la socialista ocurrió a pesar de la parcialidad de la administración saliente, encabezada por Sebastián Piñera, quien hizo cuanto pudo por disuadir a los votantes de acudir a las urnas, y de sectores empresariales que amenazaron con llamar a un nuevo Pinochet
si el próximo gobierno lleva a cabo el programa económico reformista que ofreció al electorado.
Desastrosa, la experiencia privatizadora
riste lo sucedido en México y su petróleo. Los políticos, sobre todo los conservadores, venden patrias como si tuvieran una venda en los ojos. Ciegos, no permiten ver más allá de la ganancia personal sobre una nación. La experiencia privatizadora es desastrosa; aún nos quieren vender la idea modernizadora de la reforma energética. En 1980, John Saxe-Fernández, en su libro Petróleo y estrategia, México y EU en el contexto de la política global, dice: “(...) los problemas estratégicos-militares (‘seguridad nacional’) norteamericanos se intensificarán enormemente en lo que resta de este siglo con relación a su creciente dependencia del petróleo árabe y africano; (...) las reservas de petróleo y gas natural halladas en territorio nacional mexicano son similares en su magnitud a las de Arabia Saudita, de acuerdo con cálculos oficiales”. Estados Unidos ya tenía la mira puesta en México, desde entonces y antes del TLCAN sobre el oro negro mexicano, ya que el petróleo es estratégico en su economía y avance armamentístico e industrial. De allí el TLCAN y que Salinas, precursor de la venta de garaje nacional, firmó a ese país en un futuro la entrega de los energéticos.
espués del despojo sufrido la última semana, en que se liquidaron por una mayoría de legisladores mexicanos los artículos 25, 27 y 28 de la Carta Magna, que implican a no dudarlo la privatización del petróleo mexicano, distintos comentarios, no precisamente favorables, se han publicado en diferentes medios impresos en el mundo.
n representativo personaje del viejo régimen, cuando el PRI aún presumía de fiel a la Revolución, el diputado Manlio Fabio Beltrones, con fama de duro y misterioso, siempre amenazante y dado al uso de términos y frases crípticas y al lenguaje enigmático, para asombro de muchos pronunció una frase que ejemplifica el estilo de política capciosa que prevalece en el Congreso mexicano y, en general, en los círculos de los poderosos; pronunció, cuando trataba de justificar ante la prensa el apresuramiento y desaseo del proceso legislativo en materia de energéticos lo siguiente: Que nadie se atreva a mentir
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egún la mayoría de los ministros del Medio Ambiente de los 28 países que conforman la Unión Europea (UE), urge reorientar la política energética de ese bloque político-económico, si desean ser líderes de la batalla contra el cambio climático. Sostienen que es posible obtener la sostenibilidad, el crecimiento, sin dejar de competir a escala mundial frente a China y Estados Unidos y sin aplazar las medidas para contrarrestar los efectos del aumento de temperatura en el planeta.
a reforma energética ha despertado, en tanto va o viene de la Cámara de Senadores a la de Diputados, y luego regresa a la de origen, y mientras la leen, por encimita unos, a continuación otros, se va esparciendo el rumor por todo el país: el gobierno está parando bien al toro para luego entrar a matar. Van a vender nuestro petróleo. Están preparando las cosas para ofrecer una empresa en buenas condiciones. Y luego viene el sustento: quieren una mayor comisión que ya sume las compras para remozarla y también la de las ventas. Es lo de siempre.
a capacidad de los legisladores mexicanos para hacer reformas, incluyendo la Constitución, es sorprendente. Han dominado en tan sólo unos pocos meses temas que abarcan las telecomunicaciones, educación, cuestiones financieras y fiscales , así como del petróleo, gas y electricidad. Han aprobado todas las reformas que el Presidente les ha mandado y que su partido ha impuesto con gran disciplina.
a escena sucede en París. Son las semanas finales de 1983 y los meses iniciales de 1984 en la Maison de Sciences de l’Homme a donde fui citado a una reunión en la que allí se me contrataría gracias a los buenos oficios de Louis Panabière, Claude Bataillon y Jean Meyer. Debido a mi paupérrimo conocimiento del francés me equivoqué de hora y llegué, en vez de a las cuatro, a las seis de la tarde, causando una pésima impresión y un agudo problema logístico, pues ya no se tenía una sala de reuniones para realizarla. Después de salvar escollos burocráticos resultó que la sala asignada fue la biblioteca personal de trabajo del director de la institución, Fernand Braudel.
os libros se amontonan en la vida como una casa nunca acabada ni ordenada, y forman capas geológicas, de pie o yacentes, de libros y libros, palabras y palabras que se multiplican y son escuela, alimento, fuente de un montón de cosas (de casi todas). Una pregunta que nadie se hace es: ¿quienes están detrás de esa fertilidad inagotable? Cara, barata, de segunda mano, robada, alquilada, incesante. Pero tiene respuesta: los editores. De lo marginal al centro burocrático, de la élite local al espantoso mercado global, allí están, quién los viera tan callados. Conozco algunos, son gente a todo dar. A ninguno desde hace tanto como a Marcelo Uribe. No se me ocurre nadie más, aparte de mis hermanos, a quien conozca por más de 50 años, bajita la mano, y siga ahí. Así que si lo celebran, me puedo unir.
n el invierno mexicano el cielo en tinieblas entolda el espacio y deja a la hora torera descolorida claridad de amanecer. La luz de la Luna iluminó la plaza para despedir al torero Rafael Ortega. La sencillez del torero una vez más la he sentido frente a la obra sutilmente intelectual y magistral del tlaxcalteca. Un deleite de inquietud sugeridora que causaba su quehacer torero. Brota este deleite de la serenidad y relajación que incluso lo hacía verse frío, más, facilita la interior elocuencia emocional que imprimía a sus actuaciones en su vida torera.