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El lavaloza que se
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Come, este es mi cuerpo
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Nahui Ollin o la elección del destino
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Pérez Gay: el compromiso de la memoria
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La izquierda y la derecha
El tendero me trajo la reja de naranjas. Esta vez la dejó a la entrada de casa y no, como normalmente, al pie del refrigerador. Tuve que traerla por mi propio pie. Mientras atravesaba el pasillo vi mis dos brazos, ambos sosteniendo el peso de la reja. No fue hasta que empecé a meter las naranjas al refrigerador que me di cuenta de la importancia de mis dos brazos, coordinados en una misma labor. Pensé en la izquierda y la derecha políticas y en la sociedad a la que deberían beneficiar, y concluí que hemos vivido en un error creyendo que el régimen capitalista es un desastre, según los socialistas, y el socialista un fiasco, según los neoliberales. En este estira y afloja la única perjudicada ha sido la sociedad (o uno mismo, para el caso de nuestros brazos), de forma que si no existe un conciliábulo entre ambas jamás podremos aspirar a mejores niveles de bienestar, y sería, más o menos, como si durante el trayecto al refrigerador se nos cayera la reja y todas las naranjas se regaran en el piso, perdiéndonos para siempre la posibilidad de bebernos, cada mañana, su jugo dulce y fresco. |