Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 10 de junio de 2012 Num: 901

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora bifronte
Ricardo Venegas

Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova

10 de junio: Exilio
en la calle principal

Antonio Valle

Crónica de una restauración enmascarada
Gustavo Ogarrio

Los persas y su lengua
de aves y de rosas

Alejandra Gómez Colorado

El lugar más pequeño: exterminio y reconstrucción en
El Salvador

Paula Mónaco Felipe

Columnas:
Perfiles
Marcos Winocur

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Galería
Rodolfo Alonso

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido

El Leches

Quince hermanos fuimos. Cinco de padre y madre: Antonieta, Cruz, Pedro Julián, Rosa –que soy yo– y Nicanor. Los otros diez fueron de las otras cuatro señoras que tenía. Siempre lo supimos. Todos llegaron a su velorio. Eran idénticos a nosotros; no había manera de negarlo. La más chica de sus mujeres tenía mi edad; traía en brazos una niña que se llamaba Rosa, como yo. Mi padre pensaba que podía tener todas las mujeres y todos los hijos que pudiera mantener. Y nadie le dijo que no podía. Nunca descuidó a nadie. Ni como padre ni como hombre. Locas las traía. Mi madre, a veces, cuando la hacíamos renegar, nos echaba en cara que si lo aguantaba era sólo por nosotros; pero cuando supo que el Leches –así le decían, no sé por qué– había muerto se pasó tres días gritando, llorando, arrancándose los cabellos. Pinche Leches, le decía, pues qué, ¿no ves que me dejaste sola? Me dio coraje verla moquear. Pues qué, ¿no lo había soportado sólo por nosotros?