Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 17 de julio de 2011 Num: 854

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Patrick Modiano: esas pequeñas cosas
Jorge Gudiño

Memorias de Jacques Chirac
Vilma Fuentes

La sal de la tierra
Sonia Peña

Flann O’Brien, el humorista
Ricardo Guzmán Wolffer

Aute a la intemperie
Jochy Herrera entrevista con Luis Eduardo Aute

Ramón en la Rotonda
Vicente Quirarte

Vicente Quirarte y los fantasmas de Ramón López Velarde
Marco Antonio Campos

Kubrick, el ajedrez y el cine
Hugo Vargas

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Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
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Robben Ford y Renegade Creation en México

Qué clase de guitarrista es Robben Ford. Un auténtico titán. Y no lo decimos sólo por su técnica. Gran parte de su prolífica actividad en los pasados treinta años se debe a la fórmula estética que practica. Lo suyo es el blues, cierto, pero con buenas dosis de rock, fusión y jazz… Dicho así, lo aceptamos, parece una más de las típicas revolturas con que el mercado se maneja. Es verdad: hoy todos rehúyen de los géneros puros, como si desaprovechar la cascada de influencias fuera un pecado; como si abstenerse de mezclar estilos fuera signo de suicidio comercial. Pero no, no es así. En el caso de Robben Ford encontramos la pureza del blues, sí, pero entretejida con telas multicolores.

Para confirmarlo, estas palabras de Octavio Herrero, tremendo guitarrista de las Señoritas de Avignón (banda blusera de planta en el Ruta 61 de la Condesa):  “Ford es un músico de blues en el sentido más estricto de la palabra –explica–. Muchos jazzistas llegan al blues como consecuencia pero con él sucede lo contrario: viene del blues y le agrega lenguaje y sofisticación propios del jazz, algo muy original. Además tiene una preferencia afortunada: tocar el intervalo de sexta más que el de séptima, lo que le quita a su blues el sonido típico de Chicago. Sin duda su mejor época fue con The Blue Line al lado del bajista Roscoe Beck y el baterista Tom Brechtlein. Juntos hicieron un pop blues muy poderoso.”

Digamos entonces que Ford es de los que realmente entienden el concepto clásico; de los que saben cómo sofocar el sonido de una guitarra a base de bulbos, con poco efecto y mucho vibrato, logrando una distorsión natural sobre la escala pentatónica menor con quinta bemol (la llamada blue note del blues). Y no sólo eso. El tipo canta… ¿cómo decirlo? Pues… de poca madre. Tan simple como eso. Su timbre es magnífico, lo mismo que su interpretación. Vaya, no hay forma de no regocijarse escuchándolo. Ahora bien, ¿quién es y dónde surgió? Oriundo de California, comenzó con la guitarra a los trece años y su primer grupo (The Charles Ford Blues Band) lo formó al lado de sus hermanos Mark y Patrick. En los setenta destacó al lado de Joni Mitchell y George Harrison, y en los ochenta con Miles Davis y sus propios proyectos. Ahora está cumpliendo sesenta años de edad.

Falta decir cómo y con quiénes sonará Ford en el Teatro de la Ciudad el próximo 18 de agosto. El grupo se llama Renegade Creation. Aquí lo mejor del asunto. En la batería estará Gary Novak, en el bajo Jimmy Haslip y en la otra guitarra Michael Landau. Habrá lectores a quienes estos nombres dejen la sangre fría. Para aquellos que los desconocen, se trata de tres monstruos que han girado y grabado por más de dos décadas con notabilísimos nombres del jazz, el rock y el blues.

Jimmy Haslip, además de presentarse en solitario, ha sido el bajista señero de los Yellowjackets desde que, precisamente, Robben Ford abandonara al conjunto. Con ellos ha ganado múltiples nominaciones y premios Grammy, aunque también ha participado en álbumes y conciertos de Gino Vanelli, David Sanborn, Al Jarreau, Lee Ritenour, Allan Holdsworth, Pat Metheny y Branford Marsalis, entre muchos más.

Landau es, probablemente, el guitarrista más grabado en estudio durante los años ochenta y noventa. Sería ocioso intentar un listado de sus discos. De Laura Branigan a Julio Iglesias pasando por Michael Jackson, desarrollarse y vivir en Los Ángeles fue clave para hacerse leyenda en los estudios donde aprendió la flexibilidad y sabiduría que lo caracterizan. Sus duelos en el escenario con Ford son memorables. Finalmente está el baterista Gary Novak, nacido en Chicago. Es hijo del legendario pianista Larry Novak, con quien tocó desde los once años de edad. En su currículum están los nombres de Maynard Ferguson, Anita Baker, Natalie Cole, George Benson, Chick Corea y Alanis Morissette.

O sea que se trata de un súper conjunto, literalmente, que pocas veces puede verse en vivo. Lo que presenciarán sus testigos valdrá con creces el precio del boleto y pintará sonrisas sin importar lo que pase entonces con las aguas o con los políticos de este país olvidado por la justicia y la honradez. Y si aun así tiene dudas quien hoy sostiene este suplemento dominguero, visite el concurrido sitio Youtube.com y mire con sus propios ojos lo que Renegade Creation ha hecho en múltiples festivales y foros alrededor del globo, como el Blue Note de Tokio. Baste decir que en estas semanas estará por Italia, Estados Unidos y Canadá, poco antes de arribar al DF. Hasta entonces y que venga pues el “Stormy Monday”, aunque el martes sea igual de malo y el miércoles peor.