Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Juan Bruce-Novoa: Only the Good Times
ALBERTO BLANCO
El síndrome de Procusto y la política científica
JUAN JOSÉ BARRIENTOS
Monet, impresionista
Presentación
Los deudores de Monet
FRANCISCO CALVO SERRALLER
Los ojos de Monet
JOHN BERGER
Ella casi bella
GUILLERMO SAMPERIO
Leer
Columnas:
Prosa-ismos
ORLANDO ORTIZ
Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
Cinexcusas
LUIS TOVAR
La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA
A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR
Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO
Cabezalcubo
JORGE MOCH
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
|
|
Alonso Arreola [email protected]
¡Pero qué carajo es esto!
Angustioso. Muy angustioso. Así definiríamos Astronome: a Night at
the Opera (a Disturbing Initiation), segundo DVD de la serie Ontological-
Histeric Theater de Nueva York, proyecto iniciado en 1968 en la
iglesia de Saint Marks del East Village por el extravagante y afamado
director teatral Richard Foreman. Filmado por el cineasta
Henry Hills con dos cámaras baratas, no profesionales, este DVD registra
lo mejor de las doce noches de marzo de 2009 en que fue
presentada la intensa colaboración entre Foreman y el saxofonista,
teórico, empresario y compositor experimental John Zorn. Editada
en su propio sello, Tzadik, la música fue compuesta para el trío
Moonchild integrado por Mike Patton (voz), Trevor Dunn (bajo, guitarra)
y Joey Baron (batería). Hablamos de integrantes prominentes
de bandas como Faith No More, Fantomas, Mr. Bungle y otros proyectos
notables.
Para quien no esté familiarizado con la estética de Zorn, diremos
que por más de veinte años ha moldeado el free jazz y el noise rock de la Gran Manzana, lo que naturalmente lo conecta con la obra de
Foreman, quien cada año presenta una nueva rareza escénica en el
downtown. Alabada y seguida por especialistas de cinco continentes,
la obra de ambos artistas vive en la mente de otros como una
charlatanería o tomadura de pelo; sin embargo, hasta para el más
escéptico de sus espectadores el resultado es asombroso en términos
plásticos y pasionales. Para decirlo con claridad, a lo largo de 63
minutos abundan los momentos en que nuestra mente dispara:
“¡Pero qué carajo es esto!” Frase que unos segundos después resuena
cual intrigante y sabrosa ecuación que nos impide distraernos o
detener el evento hasta su culminación.
Es decir que en Astronome no hay una narrativa “lógica” ni mucho
menos lineal; sólo la presencia de siete personajes ataviados
con trajes raídos, velos, pelucas y pintura
facial, entre los que no hay diálogo ni
comunicación más allá del gesto y algunos
visos de danza contemporánea. Conjura
de aprendices, seres de un inframundo
tramoyesco, sus ac tos son
impulsados por susurros y citas in off venidas de un guía espiritual invisible,
intercaladas entre las estruendosas y
brutales piezas de Zorn. Gritos, distorsiones,
pasajes de ostinatos rítmicos llenos
de explosividad y corrosivas texturas
sirven para generar cuadros oníricos
y polisémicos que, como todo en el escenario,
sólo busca provocar a una audiencia
que nunca vemos ni sentimos
en pantalla.
Asimismo, la escenografía es una
combinación circense-cabaretera en
la que se acumulan bastones, almohadas,
cubetas, trapos, falsos muros, letras
y elementos multicolores entre los que
se descubren detalles y mensajes segundo
a segundo. Un pequeño universo
cuya creación se fue compartiendo
en prácticas abiertas a la gente durante
2008, para finalmente mostrarse en
2009 y ahora salir en DVD. Algo desesperante
al inicio, de a poco entendemos el
afán del Hills de sumarse al surrealismo
dramático y sonoro de Foreman y Zorn,
por lo que los movimientos y la edición
de imágenes evitan encuadres abiertos
prefiriendo close-ups, cámara
al hombro y una participación
activa que nos hace sentir dentro
de un ensayo, irrumpiendo en
la intimidad del escenario.
Con el subtítulo de A Night at
the Opera (a Disturbing Initiation)¸
este trabajo es en realidad antioperístico,
aunque sí representa
una perturbadora iniciación en
los haceres del trío Moonchild, al
que se puede conocer en Youtube o
comprar en Amazon.com si es que el
lector no tiene problemas con que el ruido
haga de las suyas en sus tímpanos.
Tan extrema es la experiencia auditiva
de Mike Patton, Joey Baron y Trevor
Dunn que a los asistentes a la iglesia de
Saint Marks se les dieron tapones para
los oídos durante las presentaciones de
la obra, con lo que queda claro que ninguna
de las resultantes pasó inadvertida
para sus creadores.
Para terminar, hay que decir dónde
encontramos este DVD. Fue hace unos
días, caminando por el Broadway neoyorquino,
llegando al Soho, en Other
Music, esa mágica tiendita de discos de
la Calle cuatro que solía vivir a la sombra
de su vecina, la masiva Tower Records,
hoy extinta por la caída del negocio del
disco. Atendida por sus fundadores, sobre
ella hablaremos en una próxima
entrega, pues sin duda se trata de un
bastión que lejos de debilitarse ha conseguido
establecer su reputación internacionalmente
a lo largo de quince
años, inspirando a muchos melómanos
hartos del eco superficial de la radio, la
televisión y las revistas. Una prueba más
de que sólo hay que tener voluntad para
ofrecer y encontrar esas “otras músicas”.
Aquí su sitio en internet: www.othermusic.com.
|