Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 20 de julio de 2008 Num: 698

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Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Breve semblanza de Freud
ALEJANDRO MICHELENA

Biografía
YORGUÍS KÓTSIRAS

Amnistía
NADINE GORDIMER

Nick Cave: semilla mala nunca muere
ROBERTO GARZA ITURBIDE

Las profesoras Brontë
MURIEL SPARK

La mesa
JORGE VALDÉS DÍAZ-VÉLEZ

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Columnas:
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Breve semblanza de Freud

Alejandro Michelena

El joven médico siquiatra Sigmund Freud encontró su destino cuando, becado por el gobierno austríaco llega a París para estudiar con el neurólogo Jean Charcot, que trabajaba en el tratamiento de trastornos mentales a través de la hipnosis en el manicomio de Salpêtrière. Tiempo después, instalado en Viena como especialista en problemas nerviosos, descubrirá el psicoanálisis, cuyo procedimiento terapéutico consistía –en su etapa inicial– en sumir al paciente en hipnosis para que así reviviera la experiencia traumática alojada en el inconsciente.

Años más tarde, Freud abandonaría el uso del hipnotismo, reemplazándolo por la investigación del curso espontáneo de los pensamientos del paciente –que denominó “asociación libre”–, como método adecuado para comprender los procesos mentales inconscientes.

DE LA CLÍNICA AL TRABAJO TEÓRICO

Mediante el análisis de los sueños desarrolló sus teorías acerca de la sexualidad infantil y el complejo de Edipo. Trabajó además con la teoría de la transferencia, proceso por el cual las actitudes emocionales, establecidas originalmente hacia las figuras de los padres durante la infancia, son transferidas en la vida adulta a otras personas.

Por entonces hace aparición su obra más importante, La interpretación de los sueños (1900), donde analiza –además de algunos sueños de sus pacientes– muchos propios. Sus escritos posteriores, Psicopatología de la vida cotidiana (1904) y Tres ensayos para una teoría sexual (1905), no hicieron más que aumentar la hostilidad de sus colegas. Como consecuencia, Freud continuó trabajando virtualmente solo. Hacia 1906 contaba con un reducido número de alumnos y seguidores: entre sus compatriotas, los psiquiatras William Stekel y Alfred Adler, el psicólogo Otto Rank y el psiquiatra Abraham Brill; pero además los psiquiatras suizos Eugen Bleuler y Carl Jung, y húngaro Sándor Ferenczi.

Tras el comienzo de la primera guerra mundial, abandonó la observación clínica y se concentró en la aplicación de sus teorías a la interpretación psicoanalítica de fenómenos sociales, como la religión, la mitología, el arte, la literatura, el orden social o la propia guerra. En 1923 se le detectó un cáncer en la mandíbula por el que tuvo que someterse a varias operaciones quirúrgicas.

Cuando los nazis ocuparon Austria, en 1938, se trasladó con su familia a Londres, donde iba a morir al año siguiente. Para entonces recién comenzaba la vigencia del psicoanálisis como camino para el tratamiento de los problemas y anomalías mentales.

EXTRAÑOS VISITANTES

Freud logró en vida reconocimiento e influencia. Desde la segunda década del siglo XX peregrinaban por su residencia vienesa muchos admiradores con la intención de conocerlo.

Algunos de ellos resultaron no deseados, como aconteció cierto atardecer de 1920, cuando golpeó su puerta un mal pintor y ex combatiente alemán cuya pleitesía en extremo servil y pegajosa lo ofendió, y a quien no quiso recibir más a pesar de su insistencia. El nombre de ese visitante era Adolf Hitler.

Pocos años después llegó a su residencia el pintor surrealista Salvador Dalí. Lo atendió y lo escuchó con amabilidad, aunque apenas logrando reprimir la indignación y el asco que le producían las palabras del artista español (que le resultaron en parte delirantes y en parte abominables).