Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
El alimento: la liga del
migrante con su origen
Felipe González
Tamales cotidianos
y de fiesta
Daniel Becerra, Ruth Juárez
y Aleyda Aguirre
Las alumbradas, una
tradición subvertida
por la violencia
José A. Campos
Lo único que me pueden quitar es la vida
María Bravo
Las panochas calentanas
Raquel Rodríguez Estrada
Un guisandero apreciado
Tierra Caliente:
identidad y arte culinario
Aleyda Aguirre Rodríguez
Sangre de iguana
para vivir más años
Las cifras de la guerra
La danza de los viejitos:
resistencia y dignidad
Margarita Godínez
Leer
Columnas:
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Huilotas en chiliajo
En noviembre, en San Miguel Totolapan y otros pueblos de Tierra Caliente, “cuando había mucho ajonjolí”, los muchachos preparaban candiles y resorteras y se iban en la noche a lo que llamaban “alumbradas”, recuerda Librada con alegría. Se dirigían a las lomas y a los cerros donde había árboles repletos de huilotas dormidas y las cazaban.
La Enciclopedia guerrerense describe a la huilota como un ave migratoria de tamaño mediano (25cm) de color castaño o gris oscuro, de cola puntiaguda, pico negro y patas rojas; esta paloma llega a Guerrero y Michoacán a finales de octubre y regresa “para anidar en su lugar de origen” en mayo. Se alimenta de semillas de zacate, hierbas, ajonjolí, maíz, sorgo y judía.
“Mis hermanos llegaban con sus ensartotas de huilotas –dice Librada–, mientras uno alumbraba, otro tiraba con el resorte.” Se comían guisadas “en caldo blanco”; en chiliajo o a las brasas “son muy sabrosas” asegura María, quien en su adolescencia también las cazaba.
“Ahora como está feo la gente tiene miedo de salir en la noche.” La caza de huilotas cesó. “Si los encuentran leñando de ahí se los llevan. Van por leña al campo porque todavía usan el fogón y la gente mala se los lleva, sólo queda la leña y el burro. Los secuestran. Tengo un hermano que lo secuestraron y le pidieron dinero. Es gente de las bandas que andan ahí”, aseguran María y Librada.
Foto: Marķa Luisa Severiano/ La Jornada
El aguacate y el
limón michoacanos |
El fundador de las autodefensas Hipólito Mora, camina en su
huerta en la Ruana, después de salir del penal de Mil Cumbres el 17 de mayo del 2014.
Foto: Víctor Camacho /La Jornada |
El aguacate y el limón michoacanos fueron gran noticia a finales del año pasado y principios de éste. Su precio se incrementó hasta tres veces, debido a las cuotas impuestas por los caballeros templarios a los productores. Empacadoras de limón de Buenavista, Tepalcatepec y Apatzingán tuvieron que cerrar. En Tancítaro ocurrió lo mismo con los aguacateros. “Michoacán es el único estado de la República certificado por el Departamento de Agricultura estadunidense para exportar el fruto.” (La Jornada/04/II/14). Las dos empacadoras de aguacate, que generaban cientos de empleos en Tancítaro –principal productor de aguacate michoacano–, se cerraron y dos más fueron incendiadas por delincuentes en abril de 2013.
Cientos de productores de limón de Tepalcatepec y Buenavista, entre ellos Hipólito Mora, jefe de la policía comunitaria de La Ruana, se levantaron en armas el 24 de febrero de 2013 para defenderse de las extorsiones de los narcotraficantes. |
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