La guerra iniciada por el entonces presidente Felipe Calderón contra el crimen organizado el 8 de diciembre de 2006 provocó, desde esa fecha hasta el último día de su gobierno –el 30 de noviembre de 2012–, “la muerte de 53 personas al día, mil 620 al mes, 19 mil 442 al año, lo que nos da un total de 136 mil 100 muertos, de los cuales 116 mil (asesinatos) están relacionados con la guerra contra el narcotráfico y 20 mil homicidios ligados a la delincuencia común”, de acuerdo con la organización civil italiana Libera.
“Por lo menos desde diciembre de 2006, un millón 600 mil personas se han visto obligadas a abandonar sus estados de origen, sobre todo Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Coahuila, Durango, Baja California, Nuevo León, Michoacán, Guerrero y Veracruz, informó en 2011, Fidel López García, consultor de la ONU” (Proceso 28/XI/2011). Calderón creó la llamada Estrategia Nacional de Seguridad y operativos especiales en los estados de Michoacán (el estado en que nació, el 18 de agosto de 1962), Guerrero, Tijuana y Nuevo León.
Según conteo llevado a cabo por el semanario Zeta, durante los primeros catorce meses del sexenio de Peña Nieto –de diciembre de 2012 a enero de 2014– se registraron alrededor de 23 mil 640 muertes relacionadas con la violencia en México. Mil 700 ejecutados cada mes. Guerrero ocupó el primer lugar con 2 mil 457; el segundo sitio fue para el Estado de México (lugar de nacimiento del actual presidente), con 2 mil 367 muertes violentas; le siguió Chihuahua con 2 mil cinco ejecuciones; Jalisco con mil 766 y Michoacán con mil 738. |