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Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Los premios
José María Espinasa
Murmullos de Julio Estrada: simbiosis
de música e imágenes
Jaimeduardo García entrevista
con Aurélie Semichon
El Apocalipsis
según Del Paso
Élmer Mendoza
Religión, intolerancia
y barbarie
Fernando del Paso
La verdad y sus delirios
Hugo Gutiérrez Vega
La ventana
Dimitris Papaditsas
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Canción
Luego Clara lo propuso y salimos al jardín, las copas en las manos, grupitos de tres o cuatro enlazándonos con los brazos por los hombros o por el talle, Mirtha coqueteando –un guiño, el roce de una mano–, con ese buen humor que dejan siempre el arroz con alcachofas y conejo, las habas en verde, los gusanos de maguey, las botellas de tinto, una tras otra, inacabables, los racimos de uvas, los quesos, y el aire tibio donde empezaba a sentirse el huele de noche al tiempo que ya brillaba –Roberto lo vio el primero– el Lucero y un celaje pintaba de fuego las sombras, y apenas, entre bromas, quedamos instalados, Que cante Clara, gritó alguien y ella no quería pero los demás insistieron y de algún lado apareció una guitarra que nos puso quietos y un instante después, potente, luminosa, avasallante rasgó la última luz de la tarde la voz de Clara y sus ojos brillaron más que el Lucero y yo los busqué en vano, porque esa noche la canción no era para mí. |