Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Saki, el cuentista
Ricardo Guzmán Wolffer
Kafka en la obra
de Ricardo Piglia
Erick Jafeet
Narradores
desde Argentina
Raúl Olvera Mijares entrevista
con Ricardo Pligia
Samurái
Leandro Arellano
Las mascadas de San Bartolomé Quialana
Alessandra Galimberti
La banalización, epidemia de la modernidad
Xabier F. Coronado
Spinoza y la araña
Sigismund Krzyzanowski
Cuando…
Mijalis ktasarós
Leer
Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
|
|
Felipe Garrido
Buenas costumbres
A mediodía papá llegaba a comer y eso nos ponía tensos. Saludarlo era una obligación. Apenas entraba había que correr y darle un beso. Nos amontonábamos. Mamá nos manejaba con alzar las cejas. Luego servían la sopa, y en ese momento sonaba el teléfono; para él. Si no le pasábamos la llamada se enojaba; si se la pasábamos también. No sabíamos qué hacer. En aquel tiempo todavía no había teléfono en el comedor; contestábamos en el pasillo. Entonces, ahí íbamos a contestar y pues a veces no le encontrábamos por dónde, no era fácil. Las llamadas eran para él. Entonces, le decíamos Papá, te llama Zutano, quien fuera; pues no le parecía. Estoy comiendo, decía. Y si no le pasábamos la llamada decía que era muy importante, ¿no? Las llamadas eran siempre para él, pero no le encontrábamos por dónde. ¿Por qué no se levantaba a contestar? Era parte del ritual, me parece. Él decía que para eso nos había educado; que era cosa de buenas costumbres. |