Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
El diario de Petrini
Orlando Monsalve
Escucha a los niños
Takis Varvitsiotis
Tres poemas
Nebojsa Vasovic
Germinar de la mirada
Ricardo Venegas entrevista
con Guillermo Monroy
Tradiciones que no se
han de cuestionar
Alessandra Galimberti
Raúl Flores Canelo y
el Ballet Independiente
Norma Ávila Jiménez
¡Indígnense!
Stéphane Hessel
Hessel y su siglo
Luis Tovar
Columnas:
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Cinexcusas
Luis Tovar
Corporal
Manuel Stephens
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
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Cabezalcubo
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Directorio
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Rogelio Guedea
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Filosofía de las agujetas
Tengo dos años con unos zapatos negros que compré en el mercado. Los zapatos están cómodos, pero el problema radicaba en las agujetas, que ni siquiera resistían el doble nudo. Se desenredaban apenas dar diez pasos. Como la comodidad de los zapatos valía tal calamidad, me acostumbré a anudarlas. Lo hice, como he dicho, por dos años. Hace unos días fui a comprar grasa de lustre y, en esa misma sección, encontré unas agujetas al dos por uno. Como eran del color de mis zapatos, las metí también al carrito. Ya en casa quité las agujetas viejas y puse las nuevas. Anduve la tarde caminando por la plaza volteando hacia abajo para ver, la mala costumbre ya, si las agujetas se habían desanudado. Pero nada: el nudo seguía intacto. Al siguiente día lo mismo. Apenas hoy se me terminó la costumbre de revisar las agujetas y, apenas hoy también, me di cuenta de que la voluntad no es algo que venga de afuera hacia dentro sino viceversa, y que por eso es bien sabido que los fuertes crean las circunstancias y los débiles sufren, como en este extraño caso, lo que les impone el destino. |