Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 3 de enero de 2010 Num: 774

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

La imagen
RICARDO GUZMÁN WOLFFER

Último destino
MINAS DIMAKIS

Fraternidad y política
BERNARDO BÁTIZ

¿Lo dijo o no lo dijo?
ORLANDO ORTIZ

La realidad cúbica de Juan Gris
ESTEBAN VICENTE

La incomprensión crítica sobre Juan Gris
FRANCISCO CALVO SERRALLER

Juan Gris, el poeta cubista
MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

Estética de la erosión
RICARDO VENEGAS entrevista con RAFAEL CAUDURO

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Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

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Afganistán: la guerra que Obama compró (II DE III)

LA RETIRADA

De acuerdo con los propios asesores del presidente Barack Obama, en Afganistán no hay más de un centenar de agentes de Al Qaeda y el talibán no es una organización terrorista con alcance internacional, sino un grupo militante nacionalista (fundamentalista, absurdo, perverso y medieval, pero incapaz de atacar a EU). Obama puede pretender que la guerra en Afganistán es justa y necesaria, pero no puede comprometerse a invertir billones de dólares (que el país no tiene) en una guerra sin fin ni finalidad, absurda e indecente. Por increíble que parezca, el costo por soldado por año en Afganistán es de un millón de dólares. Obama recurrió a insertar una “estrategia de salida” en su propuesta, que consiste en anunciar que retirará a sus tropas en julio de 2011 y que su permanencia en ese país dependerá de que el gobierno afgano (uno de los cinco más corruptos del planeta, que ocupa el lugar 176 en la lista de la organización Transparency International, de 2006), “haga su parte”, es decir, que se democratice, ordene a sus fuerzas armadas y elimine a los grupos que infunden miedo a EU. Esta cláusula irritó a los republicanos y a la derecha, ya que, según ellos, al anunciar la retirada se está aceptando el fracaso. Pero cualquier persona medianamente instruida sabe que los afganos ven CNN y la BBC, que saben lo que sucede en EU y Europa, y no piensan sus invasiones en términos de semanas, meses o años sino más bien décadas. Por lo que el anuncio no es más que la inevitable confirmación de que esta guerra confronta dos culturas con percepciones totalmente diferentes del tiempo.

EL MOSAICO DESTROZADO


Hamid Karzai

EU ha tratado de pintar a Afganistán como una nación, pero la realidad es que se trata de un mosaico en proceso de desintegración, un pueblo diverso con una alfabetización inferior al cincuenta por ciento para los hombres y al veinte por ciento para las mujeres, donde pashtunes, tayikos, hazaras, uzbecos, aimakas, turkmenos y baloquistanos, entre otros, conviven tensamente entre las ruinas de un país sistemáticamente demolido por luchas internas y siglos de invasiones. En medio del caos, el talibán (un grupo principalmente pashtun de la región de Kandahar), con toda su brutalidad, ideología incoherente y obsesión fundamentalista, parece para muchos una opción más honesta que la pandilla de asesinos y narcotraficantes que integran el gobierno de Hamid Karzai. El presidente impuesto por Bush y sus neocones tuvo su oportunidad de redimirse, pero en siete años sólo se ha mostrado como un títere de los intereses occidentales, un líder incapaz de controlar (o, mejor aún, de meter a la cárcel) a los jefes tribales que ahora cons tituyen su gabinete (supuestamente Karzai optó por incluirlos en su gobierno porque de lo contrario eran más peligrosos), y sobre todo ha sido un presidente “lavaperros” (término con que los afganos se refieren a sus compatriotas educados en el extranjero) incompetente, incapaz de reconstruir la infraestructura que han pulverizado propios y extraños, y que ha permitido que su país se convierta en un narco Estado. Karzai, un pashtún de origen aristocrático, fue elegido como presidente en diciembre de 2001, tras la derrota del talibán por la Alianza del norte, el grupo tayiko que dirigía Ahmed Saha Massoud hasta su misterioso asesinato dos días antes del ataque a las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001. Karzai era necesario porque un gobierno tayiko hubiera sido inaceptable para la mayoría pashtún. Karzai llegó al poder contando la leyenda de que tras el inicio de la “guerra contra el terror” él se lanzó a las montañas a organizar a las tribus en contra del talibán, armado únicamente con un teléfono satelital provisto por la CIA. Hoy Karzai es un hombre solitario, marginado por los líderes que hace poco lo paseaban como un trofeo, abandonado por sus aliados y frustrado por verse convertido en un espantapájaros de la política internacional.

CLEPTÓCRATAS Y MENTIROSOS

El régimen de Kabul declaró el 8 de diciembre que requerirá de cinco años para preparar a su ejército y policía, y de veinte años de ayuda económica de parte de la comunidad internacional. Este es el mismo gobierno que desapareció alrededor de 80 mil millones de dólares en cinco años. Me nos de una semana después del discurso de West Point, donde Obama declaró que enviaría 30 mil soldados más a Afganistán, su propio secretario de la Defensa , Robert Gates, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, negaron que la retirada propuesta por Obama fuera algo definitivo y señalaron que las tropas se quedarían en Afganistán hasta que fuera necesario. Con esto el único punto relativamente positivo del plan Obama se evaporó.

(Continuará)