Respirar la pintura
Ricardo Venegas
Entrevista con
Roger Von Gunten
Avecindado en México desde los años ochenta, el pintor Roger Von Gunten (Zurich, Suiza, 1933) ha dedicado un sector de su producción artística a la escultura. En 1957 viajó a México y desde ese año decidió quedarse en Tepoztlán. Tras realizar estudios de grabado en metal, junto con otros artistas jóvenes fue considerado como integrante de la Generación de la Ruptura. Con su arribo a México, ha creado obras inspiradas en la naturaleza, donde se aprecia la diversidad de flora y fauna del territorio nacional, el hombre y su entorno. Es considerado uno de los artistas extranjeros nacionalizado mexicano que ha realizado importantes aportaciones a las artes plásticas.
-¿Qué tan importante es el entorno respecto a la creación de la obra?
-El entorno en que se desarrollaría la obra incluiría no sólo lo visual sino la música y los libros, porque sí es muy importante. Fui un año a Indonesia para pintar como si estuviera aquí no para pintar aquello, sino pintar como si estuviera en mi casa, pero vi cómo el entorno se impone finalmente.
-¿Tepoztlán ha sido propicio para ese entorno?
-Sí, he vivido casi la mayoría de mi vida en Tepoztlán, ahora ya ve que es muy concurrido, hay mucho tráfico, vendí mi casa y nos venimos para acá.
-Lo veo rodeado de naturaleza…
-Sí, aunque ya hay muchísimas casitas.
-Usted propone que la obra de arte debería sumarse como organismo vivo a la naturaleza, ¿cómo es esto?
-Fíjate que una obra de arte es un organismo y lo que distingue una obra de arte es justamente esto, que tenga una irradiación vital. Ese es mi argumento, que se contrapone con la pintura de artista que presenta al mundo como si fuera un inventario de cosas, y no miramos todo con la misma atención, miramos sólo lo que nos interesa.
-Cuando cobra vida una obra, se dice que se ha emancipado de su autor de alguna manera. ¿Usted qué piensa de esto?
-Me cuesta deshacerme de mis obras, muchos pintores terminan un cuadro y ya van a hacer otro, tengo ciertas imágenes que consulto, tengo una relación con los cuadros que ya hice, no me deshago de ellos tan fácilmente, como debería ser. Uno no debería asirse a las cosas, pero lo veo también como consulta, como parte de un camino, como algo que se puede ver en retrospectiva, un poco alejado.
-Pensándolo así, el autor nunca se aparta totalmente de sus obras.
-No se puede generalizar, hay muchos artistas que ya terminan y hay otros, y sienten como una carga la obra que han hecho.
-¿Cómo observa Roger Von Gunten las propuestas en las artes plásticas de los jóvenes?
-Las propuestas no tienen ningún sentido en el arte, entonces eso de que uno debe tener propuestas y que debe tener proyectos, es lo que dicen gentes que no tienen nada que ver con el arte, que son totalmente ignorantes de lo que se trata el arte; el mundo actual de este arte contemporáneo me parece un imperio de emperadores encuerados, no hay sustancia.
-¿En qué tendría que consistir una contribución en el arte?
-Dar teoría a un artista es como dar navegación a las ballenas. Si vemos el arte como el mar, nosotros somos los habitantes y los teóricos son los navegantes, los dos tenemos que ver con el mar y los dos no podemos tener el mismo punto de vista.
-Esto es algo que en muchas ocasiones no se dice o se dice de manera muy superficial, precisamente porque a muchas instituciones les ha convenido lanzar este tipo de juicios, de propuestas “consistentes e innovadoras”…
-Esto es imposible, el espíritu sopla al hombre cuando quiere, esto no se puede controlar, por eso digo que el mundo de los historiadores y teóricos está bien, son los navegantes, conocen cuantos kilómetros hay entre Acapulco y Manila y conocen los vientos, pero nosotros respiramos el arte.
-Tocando otros terrenos: qué tan importante es la espiritualidad en la vida de Roger Von Gunten.
-Es importante en la vida de todos; si no, no estuviéramos animados, no seríamos hombres. Es difícil de clasificar, es una animación, somos personas animadas, cuando queremos hacer arte somos conductos del espíritu.
-¿Es una forma de vida, como muchos lo aseguran?
-Es una forma de manifestar su vida, otras gentes hacen otras cosas, a nosotros nos toca tener la inspiración o el impulso para pintar o para hacer música, una especie de tarea, de tarea ineludible.
-¿Por qué ineludible?
-Porque lo hacemos, simplemente lo hacemos, los niños también lo hacen, les dan crayones y lo hacen.
-En términos aristotélicos, ¿el arte imita la naturaleza?
-No, el arte es parte de la naturaleza.
-¿El artista está obligado a tener una postura?
-Sí, es que la naturaleza no se puede imitar, se vuelve naturaleza imitándole. Es un gusto, un gozo, no hay nada que asumir, si lo asumes carecería de espontaneidad.
-¿Algunos vivimos forzadamente el arte?
-Yo creo que sí, hay esa posibilidad de que podamos dar una forma más o menos duradera a algo que no se puede describir, que no se puede apresar; que lo podamos codificar dentro del tiempo y del espacio, esto es el arte, entonces esta sí es una función ineludible, el que lo tiene que hacer lo tiene que hacer. Pienso en tantas luchas que han tenido los artistas con esto, la cosa es que hay que hacerlo.
-¿Cómo es la experiencia de poder enseñar a aquellos que lo solicitan?
-He dado muchos cursos sobre color y composición, que color y composición son los elementos básicos de la pintura y son oficios, son maneras de hacer, de aprender a hacer, de aprender a mover las manos, de aprender a mirar, de conocer los colores, cómo funcionan, de respirar pintura.
-¿Cómo se siente en este momento como creador?
No lo sé, quizás me podría referir a una entrevista que le hicieron a Tamayo cuando regresó de Europa; le dijeron: “Maestro Tamayo, es usted ahora el gran maestro pintor de México”, y el respondió: “yo nunca he querido ser maestro, siempre quiero ser aprendiz de la pintura”. El mundo de la pintura es tan grande, el mundo del arte es tan grande, que sentirse maestro es como subirse a una plataforma y sentarse allí, pero el mundo es más grande. |