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El ataque a Bombay: la primera
provocación en la era de Obama
ATENTADO DE SERIE B
Durante tres días hombres armados llevaron a cabo uno de los ataques más atrevidos y espectaculares de la historia en contra de un “blanco suave”, para crear pánico, desestabilizar a una nación, cautivar a la atención internacional y promover una causa vaga. Las acciones de diez militantes islámicos que se desarrollaron entre el miércoles 26 a las 9:21 pm y las 8:30 am del sábado 29 de noviembre de 2009, en la ciudad de Bombay, en India, y que cobraron alrededor de doscientas vidas, parecen inspiradas por las tramas reiterativas, rencorosas e infantiles del cine de acción al estilo Chuck Norris o Steven Segal, el tipo de productos hollywoodenses de segunda categoría que son muy populares en Asia y que nutren odiosas fantasías de venganza en todo el mundo. Los comandos aparentemente operaron por parejas, armados con ametralladoras y explosivos, y se dieron a la tarea de cazar gente por la ciudad. De acuerdo con el testimonio de Sebastian D'Souza, editor de fotografía del periódico Mumbai Mirror, caminaban con aplomo, disparando sus armas desde la cintura y lanzando granadas de manera “muy profesional”. Los atacantes conocían bien el terreno, seguramente lo habían recorrido innumerables veces para preparar su misión suicida. Llegaron en balsa inflable, poco después del atardecer, a una playa semidesértica a unos quince minutos a pie de sus blancos. Como en otros actos de terror recientes en Asia, el objetivo eran sitios populares entre inmigrantes y visitantes europeos, así como entre la clase local más adinerada. Presuntamente, en algunos sitios separaban a los estadunidenses y británicos. Al final de la masacre, unos veintidós extranjeros perdieron la vida. Los terroristas atacaron dos de los hoteles más lujosos del país, el Taj Mahal Palace y el Oberoi. una estación de policía, la terminal de trenes, un hospital y restaurantes de lujo. Llama la atención que en tiempos de la “guerra contra el terror”, los obvios elementos de lucha de clases y anticolonialismo de los grupos rebeldes son sistemáticamente ignorados por los medios y los gobiernos. Los comandos atacaron diez lugares en dos horas, pero luego se atrincheraron en los hoteles mencionados y en un centro judío, donde se defendieron de las fuerzas del orden por más de dos días.
LOS SOSPECHOSOS DE SIEMPRE
Como ya es costumbre, el gobierno indio responsabilizó a Pakistán por el ataque, y en particular señaló al grupo Lashkar-e-Taiba (LET), entidad creada y financiada por los servicios de inteligencia paquistaníes, el isi , con el fin de pelear contra el ejército indio en Kashmir. Lashkar-e-Taiba también fue responsabilizado por el ataque en contra del parlamento indio en 2001; por el atentado del 11 de julio de 2006 con siete bombas en los trenes suburbanos de Bombay, donde murieron doscientas personas y por el ataque del 7 de julio pasado, en el que un auto bomba embistió dos automóviles diplomáticos cuando entraban a la embajada de India en Kabul, en donde se perdieron por lo menos cuarenta y un vidas. Es imposible ignorar que, por otra parte, el 21 de septiembre pasado una enorme bomba en un camión explotó frente al popular hotel Marriott de Islamabad, Pakistán, matando a más de cuarenta personas, en un atentado atribuido, por falta de mejores candidatos, a Al Qaeda. El terror no parece reconocer fronteras.
PROVOCACIÓN
El let negó toda participación en el reciente ataque en Bombay, y la única evidencia del gobierno indio ha sido la “confesión” obtenida del único comando que fue capturado con vida: Azam Amir Kassab, un paquistaní de veintiún años que declaró que los ataques fueron planeados desde hacía seis meses con la intención de cobrar 5 mil víctimas. Supuestamente, varios de los atacantes eran paquistaníes nacidos en Gran Bretaña. Una de las hipótesis que ha ganado terreno es que hay grupos musulmanes indios que se oponen a una reconciliación entre su gobierno y el paquistaní respecto de Kashmir, y este acto fue una provocación para reincendiar ese conflicto, aprovechando que durante su campaña Obama amenazó a Pakistán por ofrecer santuario a grupos terroristas. Muy posiblemente este ataque criminal tenía por objetivo desatar actos de venganza en contra de la población musulmana en India y, con suerte, propiciar una respuesta tipo Bush/Cheney tras el 9/11. La matanza de Bombay fue un crimen gigantesco, pero las consecuencias que puede tener si India cae en la provocación pueden ser mucho peores.
CANTOS CÍVICOS
Ninguna obra de arte me parece más apropiada para reflejar el clima de una era en que la política internacional es una grotesca comedia de odio, confusión y prejuicios, que la instalación Cantos cívicos, de Miguel Ventura, actualmente en exposición en el museo muac de la unam . No se la pierda.
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