La cabeza del poeta
Me corté la cabeza
la puse en un plato
y se la llevé a mi doctor
–No tiene nada, me dijo
sólo está al rojo vivo
arrójala al río y veremos
la arrojé al río junto con las ranas
y entonces fue que hizo un gran alboroto
empezó a cantar canciones extrañas
a crujir espantosamente y a aullar
la tomé y me la puse de nuevo en el cuello
recorrí frenético las calles
con una verde cabeza hexagonal de poeta.
Tomado de El utensilio, 1971 |