Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Bolivia: selección de poesía reciente
JUAN CARLOS RAMIRO QUIROGA
Voces de la joven dramaturgia regional
JUAN MANUEL GARCÍA
Narcotráfico: una propuesta
ROBERTO GARZA ITURBIDE
La lidia del pensamiento
JOSÉ BLANCO REGUEIRA
El arte sin riesgo ideológico
ESTEVE PLA CASANOVES entrevista con MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ
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Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS
Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
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Corporal
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El Mono de Alambre
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Conferencias magistrales
Estoy yendo a todas las conferencias que dan los académicos en la Universidad de Otago, no importa que se trate de áreas alejadas a la mía. Voy, me siento y escucho. Al final, lo de siempre: un brindis para celebrar al conferenciante. Fue en la conferencia sobre religión shinto donde encontré, por primera vez, a ese estudiante de barba larga y ojos estrábicos que, con poco budor, cogía panecillos, calamares y demás tentempiés. Me hice como que no lo observaba y seguí con lo mío. Pero esto se repetiría en la siguiente conferencia y en la siguiente. Al mismo estudiante, que de hecho se dormía a mitad de la exposición, lo encontraba bebiendo y comiendo como un famélico. Fue precisamente en la conferencia sobre energía nuclear que volví a encontrarlo: recargado en la barda, la quijada clavada en el pecho, dormido. Esta vez no podía dejarlo pasar. A la hora del brindis, y cuando estaba apenas seleccionado su pequeño banquete, me acerqué y le dije: ¿y qué tal, mano? Qué tal, contestó. ¿Cómo van las cosas? Bien, dijo. ¿Y te interesó el tema? Pues en realidad viene a comer, contestó. Y luego de una breve pausa, agregó: como tú, ¿no? Como no podía negar su imputación, no tuve más remedio que decirle que me alcanzara aquel trozo de sushi antes de que el gordo de al lado, y cuyo brazo ya empezaba a extenderse poco a poco, lo fuera a devorar. |