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Rogelio Guedea
"Windows"
Desde
la ventana podía ver los automóviles pasar. Los vendedores
ambulantes. Las muchachas con sus novios de tres días. Desde
la ventana podía ver (alegre) los árboles y los pájaros
de esos árboles. La otra acera donde corría una mujer
o el hombre que la seguía. Su ventana era muchas ventanas
a la vez. Y por ellas podía también ver lo que veían
los automóviles que pasaban. Los vendedores ambulantes. Las
muchachas con sus novios de tres días. Pero también
podía ver (complacido) lo que veían los que eran vistos
por los automóviles que pasaban. Los vendedores ambulantes.
Las muchachas con sus novios de tres días. Todo lo podía
ver desde su ventana, una ventana ancha y de grandes cristales niquelados
que era tan irreal e incierta como él mismo.
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