No menos inepta fue la afirmación de Sepp Blatter de que este había sido el "mejor Mundial de todos los tiempos (que fue lo mismo que dijo tras la Copa de Japón-Corea hace cuatro años, y era el mantra que repetía su predecesor, Joao Havelange, cada Mundial). Por supuesto que hay razones válidas para mirar con desconfianza al evento deportivo más importante del planeta, como la voracidad mostrada por la fifa en su afán de extender su influencia, cautivar mercados, apoyos corporativos y acuerdos mercenarios con megaempresas (McDonalds, Budweiser, Cingular y Adidas); para no hablar de su bien conocido historial de partidos arreglados (Alemania vs. Austria, Argentina vs. Perú, etcétera). Pero también hay que reconocer que la fifa finalmente entendió que el racismo es un problema grave en el futbol, y fue obligada a tomar una postura al respecto tras la presión ejercida por un grupo de jugadores.

El Mundial nos ofrece a muchos un respiro para olvidarnos de los problemas del mundo durante un mes cada cuatro años. Sin embargo, en esta ocasión las televisoras mexicanas decidieron que muchos de los juegos (como Togo vs. Corea) no interesaban al público, y en una estrategia de obvio chantaje transmitieron tan sólo algunos juegos para obligar al público a contratar Sky. Tan sólo para comparar, en eu, donde radico y donde el amor al futbol es marginal, los sesenta y cuatro partidos pasaron por la televisión abierta hispana y por espn en el cable básico. Ahora bien, las truculencias de Televisa y tv Azteca no son nada comparadas con el castigo colectivo al que sometió Israel a los palestinos de la franja de Gaza en su más reciente incursión punitiva, ya que independientemente de la destrucción de puentes, edificios, plantas de agua, el secuestro de miembros del gobierno, la reocupación parcial del territorio, asesinatos intencionales y daño colateral (como el caso tristemente célebre de siete miembros de una familia en la playa el 8 de junio), el miércoles 28 de junio destruyeron la principal planta de luz con nueve misiles, dejando a gran parte de la población sin el mínimo alivio de la miseria cotidiana que representa ver el Mundial por la televisión. Este es tan sólo un elemento más de la reacción desproporcionada y a todas luces ilegal que Israel ejerce en contra del pueblo palestino con dos pretextos: el secuestro de un soldado y el hostigamiento que realizan los milicianos al disparar misiles caseros Cassam al territorio israelí. No es esta la primera vez que un poder emplea al Mundial como distracción para cometer atropellos. Igualmente Corea del Norte sincronizó su show de fuerza al lanzar un serie de misiles el 4 de julio, con lo que irritó doblemente a eu en el día de la independencia, y consideró que el resto del mundo estaría muy ocupado con las semifinales como para percatarse de su desafío.