Opinión
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Negocios y empresas

Nuevo desorden mundial

México SA

Trump: que siempre sí // Sheinbaum: serenidad y paciencia // Sin cupo, ambiciones personales

Miguel Pineda
Carlos Fernández-Vega
Dinero

Tarifazo hoy (si Trump no cambió de opinión en la madrugada) // Canadá respondería cortando la electricidad // Legisladores: el hueso es primero

Astillero

Sheinbaum: sobriedad ante la tormenta // Trump, insaciable // Kalimán y Solín, en Palacio // Salgado: cerrar (un rato) el pico

Enrique Galván Ochoa
Julio Hernández López
Ciudad perdida

Simple cuestión de seguridad nacional

Aranceles: daño para todos
E

l presidente estadunidense, Donald Trump, anunció que a las cero horas de hoy entraron en vigor aranceles de 25 por ciento para las importaciones procedentes de México y de Canadá, además de que se impondrá 10 por ciento adicional a las chinas, así como, en un mes, a productos agrícolas. La concreción de esta amenaza, que ha venido blandiendo desde que era candidato presidencial, es, en primer lugar, una violación al tratado comercial de América del Norte (T-MEC) vigente y a las reglas comerciales establecidas por la Organización Mundial de Comercio, así como un viraje de 180 grados respecto al modelo globalizador de libre comercio que los anteriores gobiernos estadunidenses fueron imponiendo a la mayor parte del mundo desde los años 90 del siglo pasado; en caso de que la Casa Blanca se empecine en mantenerlas, abrirán las puertas a contramedidas de los socios comerciales de la superpotencia, lo que causará inevitablemente un desbarajuste mayor en el comercio mundial y, por ende, en la producción industrial y agropecuaria y a las finanzas internacionales. En lugar de promover un nuevo orden mundial, Trump parece estar decidido a causar un vasto desorden planetario que no puede tener consecuencias positivas para nadie.

Miguel Ángel Velázquez
El Correo Ilustrado

Zelensky no quiere paz

A

teniéndonos a los hechos, estamos verificando que el gobernante de Ucrania, Volodymir Zelensky, acudió a la Casa Blanca buscando un escenario que hiciera resonar su postura de continuar indefinidamente la guerra de la OTAN contra Rusia. Es hoy un personaje al que cobija el rey de Inglaterra y alaban otros dirigentes de derecha extrema.

Soberanía o dependencia: el desafío de Sheinbaum
C

laudia Sheinbaum asumió la Presidencia con un mandato claro: continuar y profundizar la transformación iniciada por Andrés Manuel López Obrador, promoviendo justicia social, desarrollo económico y soberanía nacional. Con un respaldo de 59.75 por ciento de los votos y una mayoría calificada en el Congreso, su posición política es inédita, lo que brinda a la Cuarta Transformación (4T) una oportunidad histórica para consolidar cambios estructurales. Además, heredó una economía estable: un tipo de cambio sin grandes fluctuaciones, reservas internacionales de 202 mil 500 millones de dólares, un déficit fiscal moderado de 5.7 por ciento del PIB, una deuda externa equivalente a 51.4 por ciento del PIB y una inflación anual de 4.21 por ciento. Pocas administraciones han comenzado con un panorama macroeconómico y político tan favorable.

José Romero*
Cuauhtémoc
J

oven abuelo: escúchame loarte / único héroe a la altura del arte. Dos versos de Suave patria, de Ramón López Velarde, sintetizan lo que significa Cuauhtémoc en la cultura nacional. En la biografía heroica de Salvador Toscano (que, sin embargo, sigue la línea narrativa de Hernán Cortés y que da por buenos algunos de los cuentos más inverosímiles del capitán sobre el pusilánime Moctezuma y su creencia en la divinidad de los extranjeros), escribe sobre los héroes: “Alvarado todavía habría de cometer un error más. A instancias de Moctezuma dejó libre a Cuitláhuac, también prisionero en el palacio, para que –decía el soberano de México– recomendara la paz a los mexicanos. Pero el valeroso señor de Ixtapalapa, Cuitláhuac, salió de la infamia de la prisión para ponerse a la cabeza de los suyos. Y mientras Cuauhtémoc surgía a la historia como el caudillo de la rebelión, Cuitláhuac pasaría como el héroe de la expulsión y derrota de los extranjeros en la Noche Tenebrosa”.

Las miserias de los ricos
S

egún CNN, después de la vociferación de Trump y la insolencia altanera de J. D. Vance, el propio Trump ordenó a Marco Rubio y a Mike Waltz (secretario de Seguridad) que indicaran a la entera comitiva de Zelensky que saliera de la Casa Blanca; acto seguido fueron canceladas la conferencia de prensa y la cena que Trump y Zelensky habrían compartido. En su lugar hubo cajas destempladas. La embajadora de Ucrania en EU, con los dedos pulgar y cordial cerca de los lacrimales de sus ojos, había visto aterrada el derrumbe. El antecedente: Zelensky se negó, dos veces, una de cara a Vance, la otra, frente a Rubio, a firmar el acuerdo que Trump quiere imponer, sobre las tierras raras y los hidrocarburos de Ucrania. Los gobernantes europeos lo advirtieron sin mayores problemas: el linchamiento de Ze­lensky fue preparado, una mise en scène; y lo instaron a regresar a la brevedad a la mesa trumpiana. Empezando por Keir Starmer, primer ministro de Reino Unido, que, al conceder un nuevo préstamo por 2 mil 843 millones de dólares a Zelensky, lo urgió a volver al carril. Zelensky, tragando más de lo que en abundancia ha tragado ya, pidió volver y dijo que firmaría el acuerdo sobre minerales con EU.

Pedro Salmerón Sanginés
José Blanco
Rechazo a reforma a Ley del Issste de 2025
E

n apenas unos días, se levantó en casi todo el país una enorme ola de descontento magisterial, contra la regresiva reforma a la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) del 7 de febrero de 2025. El malestar no es nuevo. Tiene una larga historia de agravios acumulados.

Europa, la madame despechada
T

ras la Segunda Guerra Mundial Europa perdió privilegios. Aquellos acumulados desde el nacimiento de la cultura grecorromana, rebautizada como civilización occidental y cuna de los derechos humanos a partir del siglo XVIII. Una época de expansión del colonialismo, los imperios y la esclavitud moderna. En el siglo XIX, el poder de Europa occidental era incuestionable. La Primera Guerra mundial (1914-18) no afectó su control geopolítico del planeta. Francia, Italia, Gran Bretaña, Suecia o Dinamarca, incluso la derrotada Alemania, renacía bajo una esvástica. Mientras, en el Nuevo Mundo, Estados Unidos buscaba acotar fronteras y expandir su control sobre el resto del continente. El Destino Manifiesto le dio fuerza constituyente y la Doctrina Monroe le permitió marcar territorio. América para los americanos, de EU, claro. En 1803, compró Luisiana a Francia. En 1846 declaró la guerra a México, anexionándose 2 millones 300 mil kilómetros cuadrados, 55 por ciento de su territorio. California, Nevada, Utah, Nuevo México, Arizona, Colorado, sin contar Texas en 1824. Y en 1867, pagó, a los zares de Rusia, 7 millones de dólares en oro, por Alaska. Así consolidó sus fronteras, guerra civil mediante (1861-65). A mediados del siglo XX, controlaba la casi totalidad de los gobiernos de América Latina. Guerras espurias, intervenciones militares, golpes de Estado, amenazas, etcétera. Ayer, como hoy, el control de las materias primas y la sumisión militar son su objetivo. Así nace el imperialismo estadunidense. Hoy lo reconocemos demandando tierras raras en Ucrania, marcando intenciones en Gaza, deseando anexionarse Canadá, comprar Groenlandia o enviar tropas a Panamá para recuperar el canal. Nada nuevo, salvo las formas. El Tratado de Yalta (1945), la Doctrina Truman (1947), el Plan Marshall (1948) y por último la creación de la OTAN (1949), rediseñaron el poder mundial. Así, en medio de una Europa devastada por el conflicto bélico, endeudada militar y económicamente con Estados Unidos, torció el brazo. Nunca más Europa llevará la voz cantante. Estados Unidos se convirtió en el hegemón. Y así, hasta hoy.

Luis Hernández Navarro
Marcos Roitman Rosenmann
La sociedad de los poetas muertos
T

res amigos escritores hicieron del suicidio su leyenda. Su última historia, como la de nuestra Antonieta Rivas Mercado, que habrían de escribir otros. El 18 de febrero de 1938 Leopoldo Lugones, en el delta del río San Fernando, lugar de verde intenso y humedad constante, después de mirar largamente el paisaje bebió lo que sería su último whisky. Un ligero sabor amargo y un vago olor a almendras delataba el cianuro con el que lo mezcló. Fue una muerte violenta, a decir de los médicos; una despedida radical la del máximo escritor argentino, quien en opinión de Borges: Si tuviéramos que cifrar en un hombre todo el proceso de la literatura argentina, ese hombre sería indiscutiblemente Lugones.

Javier Aranda Luna