Más de medios mediocres
arios correos llegaron a esta columna a raíz de la anterior (Libertinaje de expresión
, del 9 de septiembre), donde señalábamos décadas de inobservancia a la Ley Federal de Radio y Televisión de enero de 1960, no por reformada –11 veces– menos incumplida, gracias a los arreglos, complicidades e intercambio de favores entre concesionarios y nueve gobiernos federales.
Según el Artículo 4 de esta desventurada ley, la radio y la televisión constituyen una actividad de interés público, por lo tanto el Estado deberá protegerla y vigilarla para el debido cumplimiento de su función social
. Ya se vio cómo en las recientes seis décadas sucesivos gobiernos federales han protegido y vigilado estos medios concesionados, anteponiendo beneficios mutuos a costa de la salud de una población carente de formación y capacitación, no de manipulación y diversión idiota.
“Sobre la regulación de los medios de comunicación audiovisuales –escribe Ana Luisa–, pienso que su responsabilidad no es educar, sino más bien distraer a la gente de sus preocupaciones diarias.” Pero una ley que nadie ha cumplido desde su promulgación ordena a unos y a otros no distraer
, sino contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo
. La consecuencia de ese incumplimiento han sido las pingües ganancias ilegales de los autorregulados concesionarios junto al inmenso costo social de una ciudadanía alelada con un bajo nivel de conciencia individual y colectiva, incluso para conocer la opción de una muerte digna. Sergio Villa observa: En los medios hay demasiado ruido en términos de McLuhan, un deterioro de la calidad comunicacional por la diferencia entre el emisor y el receptor, bombardeo de mensajes unidireccionales con demasiados huecos legales
. Alguien que se firma AG subraya: De hecho, los medios masivos audiovisuales están regulados por la Ley de Telecomunicaciones, con restricciones de contenido y de horarios, por lo que su regulación resulta innecesaria, aunque la tv dé ideas de violencia y actos delictivos
.
En cualquier caso, urgen al país medios de comunicación masiva menos banales y más útiles, porque hay una inconsciencia generalizada sobre civismo, salud, higiene, consumo de productos chatarra, la basura como contaminante y determinante del cambio climático y muchos etcéteras, a la espera de medios menos irresponsables y gobiernos más comprometidos con su vigilancia.