Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Elogio de lo inútil
Fabrizio Andreella
La mujer en la ciudad
Leonardo Cazes entrevista
con Antonio Risério
Trans-lúcido:
tres estaciones
Ingrid Suckaer
Teilhard de Chardin y el
sentido de la evolución
Sergio A. López Rivera
Vigencia de Teilhard
de Chardin
Hugo Gutiérrez Vega
Cartas de viaje
Teilhard de Chardin
Dos poemas
“Las ideas cristianas
se han vuelto locas”
De Teilhard a Francisco
José Steinsleger
ARTE y PENSAMIENTO:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Poema
Stelios Yeranis
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar
Directorio
Núm. anteriores
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@JornadaSemanal
La Jornada Semanal
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Rogelio Guedea
[email protected] @rogelioguedea
Homenaje a Coetzee
Día triste, aunque canten los pájaros y salga, allá detrás de la montaña, un sol redondo. He perdido la exigua correspondencia que atesoraba con Coetzee. Cinco o seis correos electrónicos que no tuve la prudencia de imprimir, siquiera. Mi cercanía con él no sólo es estética, sino, más aún, cabalística. Él publicó su primera novela, Desgracia, en 1974, el mismo año de mi nacimiento, cuando Coetzee tenía treinta y cuatro años. Desgracia es una novela de la violencia, pero también de la solidaridad. Yo publiqué mi primera novela, Conducir un tráiler, en 2008, con igual edad, una novela también sobre la violencia y la solidaridad. Este simple hecho, para muchos sin importancia, era para mí un sostén, materializado en esa exigua correspondencia con Coetzee, quien, en una de ellas, me había deslizado la promesa de venir a Otago a dar un par de conferencias. Ahora todo está perdido, sepultado en uno de los tantos cementerios que hemos construido en la virtualidad. Para que no duela, voy a convencerme, en los próximos días, de que todo fue una mentira, incluso ésa de que yo nací en 1974. |