Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 21 de junio de 2015 Num: 1059

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Pedro Páramo
y sus astros

Adriana Cortés Koloffon
entrevista con Víctor Jiménez

La venganza del idioma
Ricardo Bada

Ramas de luz Ocho
poetas argentinos

Las etéreas fronteras
de la identidad

Fabrizio Andreella

Jorge Herralde
cumple ochenta años

José María Espinasa

Una palabra
Aristóteles Nikolaídis

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Felipe Garrido

Juan

Me puse de pie, fui festivo, abrí los brazos, exclamé en voz más alta de lo que hacía falta: ¡Pasa, Juan, no te quedes allí! Pero Juan, mi amigo Juan, mi muy querido amigo Juan, no dio un paso.

Juan era pintor. Tomaba su carcacha al amanecer y se iba al Ajusco, todos los días. El volcán era su tema único, su obsesión. De vez en cuando vendía algún cuadro. En esos días la vida se le había puesto difícil. Su mujer había perdido el trabajo. Tenían dos hijas, en prepa o en secundaria. Además de pintar, Juan traducía. Le conseguí una chamba en la revista; quincenas seguras.

Juan puso sobre mi escritorio lo que traía en las manos: los papeles y los libros que yo le había dado hora y media antes: unas fotocopias, un bloc de papel rayado, tres o cuatro diccionarios.

–No puedo –me dijo–; me ahogo. No quiero. Me falta el aire, el olor de los pinos, la montaña. Te lo agradezco, pero prefiero morirme de hambre.

Lo vi dar media vuelta. No tuve nada que decirle.