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Manual para hablar chichimeca-jonaz*
Agustín Escobar Ledesma
"¿Cómo te llamas?”, es una de las expresiones que José René Ramírez Ramírez, profesor bilingüe uza’-español ha traducido a su propio idioma, el uza’, en este momento histórico en que esta lengua, conocida entre la población mestiza como chichimeca-jonaz, se encuentra en vías de extinción, al mismo tiempo en que un grupo de esforzados lingüistas y profesores intentan su revitalización. José René es autor del Manual para hablar chichimeca-jonaz en diferentes contextos (rinhí uza’ ndi ke sibur mahár ba nat’ áhr).
Uno de los vocablos pertenecientes a esta nación del México antiguo es el topónimo Cimatario (emblemático cerro de la ciudad de Querétaro en el que se fortificaron las tropas del ejército republicano durante el sitio de Querétaro de 1867), que significa “coyote macho”, porque Cimatario es la castellanización de simaethe (se pronuncia cimata) coyote, e iro, macho.
El profesor José René Ramírez Ramírez, originario de Misión de Chichimecas, San Luis de la Paz, Guanajuato, hace referencia al proceso comunitario de la recuperación de su lengua y su cultura: “Mi labor o actividad que desempeño dentro de mi comunidad es enseñar la lengua chichimeca en las escuelas, soy maestro bilingüe, actualmente acabo de terminar el Manual para hablar chichimeca-jonaz en diferentes contextos. Este material con toda su base ortográfica y todo su alfabeto o la forma de escritura surgió hace un año, cuando apenas se unificó la escritura entre nosotros los chichimecos; es por eso que es el primer material que sustenta una ortografía, trabajada con los jóvenes y sustentada y corregida por los ancianos de Misión de Chichimecas. Fue un proceso largo de unos cinco o seis años, trabajando con lingüistas, ya que cada uno de nosotros teníamos nuestra forma de percibir un sonido. Ahorita trabajamos con Alonso Guerrero Galván, lingüista de Ciudad de México. La forma de escribir la hacemos en un órgano colegiado, tratamos de ver cómo podemos escribir nuestras palabras, cómo escribir nuestros sonidos, cómo hacer un consenso de la forma de la escritura. Ha sido un proceso muy largo y muy difícil, ya que, como en todo lugar, hay personas que son difíciles para trabajar, ya que somos un grupo comunitario muy grande, entonces, pues hay diferencia de opiniones, ya que también la lengua se adecua, se le da un toque personal y por lo tanto es difícil de llegar a acuerdos para escribirla.”
José René Ramírez Ramírez está cierto y seguro de que su comunidad debe superarse conociendo la lengua y la cultura hegemónicas, sin perder de vista la importancia de su lengua materna, así como los conocimientos de sus ancestros que están en franca desaparición.
“El idioma ya se está muriendo, se están perdiendo algunos usos y costumbres; la lengua es la que más se está deteriorando, ya que cuando muere una persona anciana ese vocabulario tan rico que él tenía, porque para la mayoría de los ancianos fue su primera lengua, pues se lleva todo ese vocabulario tan amplio. Los niños que nacen ya no van a tener esa misma cantidad de vocablos que la persona anciana se llevó; el niño recién va a aprender su primera lengua, pero ya no va a tener un vocabulario tan amplio, tan exacto, ya no va a tener fluidez en su pronunciación; entonces muchos factores se van perdiendo cuando un adulto o una persona mayor se muere.”
Misión de Chichimecas, fundada en 1804 y enclavada en el semidesértico noreste guanajuatense, está divida en dos por una carretera: Misión de Arriba y Misión de Abajo y el profesor José René explica las diferencias de ambos lugares:
“En Misión de Abajo más o menos un diez por ciento de sus habitantes habla chichimeca, más sin embargo sólo lo utilizan ocasionalmente, digo esto porque ya no lo hablan con su familia, ya no lo quieren transmitir, será porque durante muchos años fueron discriminados, tal vez esa sea una de las principales causas y en Misión de Arriba es al contrario, estamos hablando como de un noventa por ciento de personas que son hablantes de la lengua chichimeca, pero de ésos nos estamos basando en los originarios de Misión de Chichimecas. Con el censo de INEGI dicen que la Misión está creciendo, pero está creciendo porque están entrando personas ajenas que vienen de otros lugares y aquí se establecen, y cuando vienen a hacer ese censo pues ya las toman como personas de la comunidad, pero en sí las personas hablantes de chichimeca ya son muy poquitas. Entonces cuando se acerca un vecino de fuera, pues a uno le da pena hablar en su lengua, porque ahora en mi propia comunidad muchos son de otro lugar y ya no hay con quien hablar.”
En 1934, el lingüista francés Jaques Soustelle encontró apenas 452 hablantes de chichimeca-jonaz en Misión de Chichimecas; en tanto que en Misión de Arnedo y la Misión de Santa Rosa de Xichú, donde también fueron concentrados los chichimecas que ocupaban la Sierra Gorda, el idioma ya había desaparecido, al igual que en Tolimán y Colón, del estado de Querétaro. Estos lugares fueron convertidos en humillantes campos de concentración de los pueblos pertenecientes a la Gran Chichimeca. Soustelle hizo la siguiente apreciación de las condiciones de vida en Misión de Chichimecas:
“Los malos procedimientos de que fueron víctimas, la pobreza espantosa en la que se consumieron hasta principios del siglo XX, su desconfianza hacia los habitantes de San Luis; todo eso excavó un verdadero abismo entre el pueblo –San Luis de la Paz– y la pequeña ranchería.”
“¿Cómo te llamas?”: es la pregunta básica que las personas empleamos con la finalidad de conocer al otro, al diferente, y que los habitantes de Misión de Chichimecas, pequeña población incrustada en el desolado semidesierto guanajuatense de San Luis de la Paz, en su idioma han empleado durante miles de años y que, hoy, que está en peligro de extinción, por contradictorio que parezca, ha sido representada con las grafías del alfabeto latino: ¿kabe’ em’ahk?
* Texto del proyecto Extranjeros en su tierra. Escritores en lenguas indígenas,
apoyado por el Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico, del
Instituto Queretano para la Cultura y las Artes.
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