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Se acabó la fiesta
El Love Parade alemán, el más emblemático de los raves a nivel mundial, fue cancelado definitivamente debido a la mortífera estampida de asistentes que intentaban entrar a la antigua estación de Güter, en Duisburg, donde tendría lugar. Aún no se han dado a conocer con precisión las causas de la tragedia cuyo saldo ascendió a 21 muertos y 511 heridos. Una de las versiones es que la policía estaba restringiendo el acceso al túnel de entrada –la única vía de acceso–, por lo que algunos ravers intentaron escalar para ingresar al recinto y cayeron desde varios metros de altura provocando pánico entre los jóvenes.
El estadio tenía una capacidad máxima para 300 mil personas, se esperaba que llegaran 800 mil, pero supuestamente se contabilizaron 1 millón 400 mil asistentes, por lo cual tanto los organizadores como la policía aparecen como probables responsables, pues estaban al tanto de los riesgos que implicaba el cuello de botella que era el túnel de acceso. Con este lamentable suceso se cierra un período definitorio en la cultura pop.
Un rave es una fiesta que generalmente dura toda la noche –incluso todo un día– en la que se baila con música electrónica y con múltiples estímulos visuales. Se realizan en grandes espacios cerrados o al aire libre. El hipnótico estado que producen los ritmos y sonidos de la música techno, las imágenes y bailar desinhibida e ininterrumpidamente, combinados frecuentemente con el uso de algunas drogas –principalmente el éxtasis–, inducen una especie de trance y de profundo bienestar.
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La música siempre ha tenido un efecto muy estimulante en las personas, pero lo que distingue a los raves es la experiencia compartida; se genera una sensación de unidad, de comunión, y los ravers son abiertos y amistosos entre sí; se eliminan actitudes típicas que se reproducen en clubes tradicionales; en los raves la gente es apreciada por lo que es, no por lo que no es. El objetivo de un rave se sustenta en vivir una experiencia sobrecargadamente sensorial, ésta es su característica esencial. Bailar con frenesí proporciona “sentirse intensamente en el cuerpo”, con lo que se produce autoaceptación y amor hacia uno mismo. En los raves el dj es una suerte de chamán que hará circular la energía y dirigirá los estados alterados de conciencia, físicos y psíquicos, de los bailarines.
Los ravers han sido descritos como hippies de alta tecnología porque abrazan ideales de los años sesenta, como “Paz y amor”, las fiestas y el uso de drogas. Sin embargo, los hippies crearon un movimiento contracultural y político, un estilo de vida. Buscaban formar un nuevo tipo de sociedad que viviera en libertad, propugnaban la no violencia y se oponían a los sistemas imperantes, conservadores y mercantilistas; estaban a favor de preservar el medio ambiente, del amor libre y la equidad.
La cultura rave tiene como lema “Paz, Amor, Unidad y Respeto” (plur, por sus siglas en inglés). Entre sus lineamientos están la libertad, la diversión y la espontaneidad. Los raves son una manera de utilizar al máximo el tiempo libre y sustraerse de la cotidianeidad de las sociedades de producción y consumo. Los hippies tenían un sentido de comunidad y una ideología homogénea distinta a la de los ravers, quienes no comparten las mismas ideas, filosofía o forma de vida. En cuanto al uso de drogas, los hippies indagaban en estados alternos de conciencia con fines cognitivos superiores y espirituales sin evitar la beligerancia social; mientras que los ravers las utilizan con fines recreativos y se desenvuelven en un ambiente underground caracterizado por el alejamiento de condicionamientos sociales, de militancias políticas, del sistema de partidos y de las opciones tradicionales de lo público.
El primer Love Parade en Alemania fue organizado por Dr. Motte (alias de Matthias Roeingh) en 1989, meses antes de la caída del Muro de Berlín. Fue concebido como una acción política a favor de la paz; su lema fue “Paz, alegría, panqués” (es decir, no al armamentismo, música y alimentos para todos). Roeingh se separó del Love Parade en 2006 por el carácter comercial que estaba adquiriendo.
El fenómeno de los raves seguramente mutará en otras formas pero, no obstante la cancelación de esta fiesta en Alemania, queda intacto el placer dionisíaco que han experimentado muchos en todo el mundo.
En 2002, México fue el primer país americano en celebrar un Love Parade y lo hizo hasta 2005, en que el Tecnogeist cambió de sede del DF a Acapulco.
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