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Otro año de ocupación de Irak (II Y ÚLTIMA)
EL REGRESO
El 20 de noviembre de 2007 parecía un día común y corriente, los noticieros de la mañana recitaban la habitual dosis de frivolidades y enumeraban los últimos atentados en Bagdad, Kabul, Tikrit y la provincia de Anbar. Pero la realidad es que ese día era diferente: finalmente los iraquíes podían volver a ser felices, o por lo menos eso era lo que anunciaba en su primera plana el New York Times : “Bagdad comienza a respirar mientras la seguridad mejora.” Estas palabras de optimismo venían acompañadas por la foto de una boda, la de un grupo de amigos comiendo y riendo, así como una imagen del mercado de animales. El articulo de Damien Cave y Alissa j . Rubin era una confirmación de que la promesa del régimen de George w . Bush se había cumplido: el surge o incremento de tropas invasoras en Irak (de alrededor de 30 mil soldados estadunidenses) había traído paz a esta tierra. Sunitas y Chiítas volvían a sus casas en Bagdad, el número de cadáveres que aparecían en las calles había bajado de treinta y cinco, ocho meses atrás, a tan solo cinco, apenas hubo unos dieciséis atentados suicidas con auto bomba en vez de los cincuenta y seis de marzo pasado. La gente comenzaba manejar con seguridad por la ciudad, algunas licorerías habían abierto las puertas en claro desafío al puritanismo del ejército Mahdi y demás fanáticos musulmanes. Había quienes se atrevían a salir de noche de sus casas. A cuatro años de la guerra que supuestamente los liberaría de la dictadura, los iraquíes podían considerar como un triunfo el hecho de que unas 20 mil personas, de las más de 4 millones que huyeron o fueron desplazadas por la guerra, habían regresado a sus casas. Cualquiera hubiera podido imaginar que este era otro ejercicio propagandístico, como aquellos inolvidables artículos de Judith Miller con que el Times vendió la guerra.
LUCHA CONTRA EL TERRORISMO
El artículo de Cave y Rubin mencionaba que la paz no era completa y que podía ser frágil, pero elogiaba el espíritu de los iraquíes comunes que consideraban volver a sus casas como “una victoria contra el miedo, una victoria contra el terrorismo”. Aquí cualquier lector medianamente atento no podía más que sentir una extraña incomodidad…. ¿El terrorismo? Poco antes, el artículo menciona a una bibliotecaria, la Sra. Aasan , quien dice: “Nuestro objetivo es luchar contra el terrorismo”, al señalar que los niños que asisten a la biblioteca no tienen permiso de hablar de la violencia que han presenciado. Curiosamente, ninguno de los entrevistados menciona el incremento de soldados estadunidenses como la causa de la presunta pacificación. El conflicto del que hablan es entre sunitas y chiítas, pero los responsables de que las familias tuvieran que huir eran los miembros de Al Qaeda en Mesopotamia. De esta manera la guerra que destruyó al país, que dejó las instituciones en ruinas, el petróleo en manos de hampones (peores y más incompetentes que los del régimen de Saddam) parece haber desaparecido de la memoria y en su lugar ha quedado una guerra sectaria instigada por el pequeño grupo de fanáticos criminales de Al Qaeda.
EL ALTO COSTO DEL DAÑO COLATERAL
Paradójicamente, mientras este oasis idílico supuestamente florece en medio de la adversidad, el propio New York Times reportó el pasado 7 de noviembre de 2007 que este año ha sido el más mortífero para las tropas estadunidenses, las cuales habían perdido hasta entonces 852 soldados. El 23 de noviembre un atentado en el mercado de animales mencionado antes cobró una quincena de vidas, y el 12 de diciembre tres autos bomba mataron a más de cuarenta en Amarah. Este año tendrá el sórdido mérito de tener el segundo o quizás el primer lugar en cuanto a bajas civiles. Además de que en 2007 ha habido más bombazos de gran magnitud, cada uno con más de cincuenta bajas que en años anteriores. Sorprende que ninguno de los entrevistados por el Times considere que la ocupación es en sí una amenaza, como podrían atestiguar (de haber sobrevivido) quince mujeres, una de ellas embarazada, y varios niños asesinados por misiles estadunidenses dirigidos el 11 de octubre pasado contra un alto mando de Al Qaeda, que obviamente no estaba presente en dicho lugar (http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/middle east/7040697.stm).
Quizás estos valerosos ciudadanos preocupados por combatir el terrorismo no saben que en octubre pasado noventa y seis civiles iraquíes, veintitrés de ellos niños, murieron por bombardeos estadunidenses destinados a aniquilar al terrorismo, por la misma razón 108 perdieron la vida en septiembre, 103 en agosto y 196 en julio.
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