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Noticia del destierro:
una carta de Tina Modotti
Antonio Cajero
A poco más de un año del asesinato de Julio Antonio Mella (ocurrido el 10 de enero de 1929), Tina Modotti recibe otro golpe que la pondrá en la escena internacional: será llevada a prisión de manera arbitraria después del atentado contra el presidente electo de México, Pascual Ortiz Rubio, perpetrado por Daniel Flores el 5 de febrero de 1930, día de la toma de posesión del cargo presidencial.
Experto en fabricar complots contra sí mismo, el gobierno mexicano emprende una cacería de brujas contra los militantes y simpatizantes del Partido Comunista Mexicano. Arranca también la persecución contra los extranjeros de filiación comunista. El 6 de febrero Tina es detenida en su propia casa y es llevada a los separos. Cuenta a sus amigos las peripecias que habría sufrido desde su detención y los posteriores interrogatorios. Eso dentro de la cárcel. Fuera: la difamación, el oprobio y la acusación de un intento de magnicidio encabezado por ella. Los diarios se encargan de propagar la noticia de la conjura contra el Nopal. Finalmente, Tina es condenada al exilio. El 22 de febrero de 1930 parte hacia Europa en el Edam, un barco de carga holandés, como ella misma lo explica: “Un barco en el cual los pasajeros son accidentales ya que más bien se dedica a llevar carga y que por lo tanto emplea un mes y medio para llegar a Europa, haciendo escala en los siguientes puertos, como lo prueba el presente viaje: Veracruz-Tampico-New Orleáns-Habana-Vigo-Coruña-Boulogne sur Mer-Rotterdam.”
En una carta reproducida en Tinísima, la feliz novela-biografía de Poniatowska, Tina escribe una cita de Nietzsche que escuchó de labios de Weston: “Lo que no me mata, me fortalece.” Hace, como quien dice, de tripas corazón, y en su escala en Nueva Orleáns, condenada a permanecer bajo resguardo mientras el barco retoma su ruta, escribe la carta que reproduzco enseguida. De alguna manera, la misiva dirigida a “Amauta” recupera su estancia en el puerto estadunidense y contrasta con la posición antiyanqui de la exiliada; juego de paradojas que le impuso la vida (léase, si no, el cierre de la carta: “Quedo de ustedes con saludos antiimperialistas y fraternales”) porque, dos días después, pasará por La Habana, quizá como un tormento no planeado que la fortalecerá: en su paso por la Isla, la imagen de Mella la devolverá a la vida.
PARA “AMAUTA”:
Pocos días antes de ser expulsada por el gobierno “revolucionario” de México recibí la interesante colección de “Amauta”, más el valioso folleto de Ricardo Martínez de la Torre , que estoy leyendo al presente.
No saben cómo les agradezco la gentil idea de mandarme todo este material interesante que, sobre todo ahora que me voy a Europa, me será de enorme utilidad.
Supongo [que] ya estarán enterados de todas las expulsiones de revolucionarios extranjeros que se han efectuado sin interrupción en estos últimos meses, en México; cuyo gobierno contrarrevolucionario ha perdido hasta el último vestigio de pudor en su sometimiento a Wall Street.
Desde luego hay que reconocer que las autoridades mexicanas gozan de un don de [imaginación] que haría la fortuna de un escritor de cuentos policíacos; me refiero a todos los complots, planes terroristas, etcétera, etcétera, que han inventado para beneficio de los lectores de prensa burguesa, los cuales por cinco o diez centavos, y junto con el café matutino engullen toda clase de disparates y aprenden a confundir a los comunistas con los terroristas y a los antiimperialistas con los fabricantes de bombas destinadas a matar presidentes de la América Latina … Por último tuvimos el atentado contra Ortiz Rubio (esto sí de veras).
Mejor oportunidad no podía presentarse para acabar, de una vez por todas, con los comunistas extranjeros que aún quedaban en suelo mexicano, a esto precisamente se debió mi expulsión y el encarcelamiento de muchísimos comunistas mexicanos que en estos días están llenando las cárceles de México.
La acusación de haber yo tomado parte en el atentado contra Ortiz Rubio era demasiado absurda y grotesca y en cualquier otro momento hubiera causado una sonrisa incrédula hasta a los más ingenuos. Pero se aprovechó astutamente del estado psicológico sentimental-histérico que siempre invade la opinión pública durante una conmoción de índole y proporción nacional.
Fotos: Edward Weston/ archivo La Jornada |
Esto hizo posible a El Universal (diario de la capital en su edición de febrero 23) de publicar, entre otras, las siguientes líneas: “En la casa de Tina Modotti fueron [encontrados] documentos y planos, de los cuales se desprendía que dicha mujer trataba de cometer un atentado semejante al de Daniel Flores en la persona del señor Presidente de la República , ing. Pascual Ortiz Rubio; solamente que parece que no pudo adelantarse al citado agresor en la consumación del delito.” (sic!).
Y ahora me encuentro en camino de Europa entregada, por el gobierno mexicano, a un barco en el cual los pasajeros son accidentales ya que más bien se dedica a llevar carga y que por lo tanto emplea un mes y medio para llegar a Europa, haciendo escala en los siguientes puertos, como lo prueba el presente viaje: Veracruz-Tampico-Nueva Orleáns-Habana-Vigo-Coruña-Boulogne sur Mer-Rotterdam.
Tengo que añadir que en cada puerto soy estrictamente vigilada por los respectivos agentes de Migración, y en el caso de este puerto norteamericano he sido traída al Departamento de Migración, donde me encuentro relegada por ocho días, o sea hasta que el barco termine de cargar y descargar su mercancía.
Esto, después de haber sido detenida 13 días en la Inspección de Policía y en la Penitenciaría del Distrito Federal de México y de haberme concedido después dos días para preparar mis cosas.
Admitirán conmigo que después de haber vivido siete años en la República Mexicana, y de haber, por medio de mi trabajo fotográfico, expresado mi interés y simpatía para aquel pueblo, se me hubiera por lo menos podido otorgar unos cuantos días más en el país a fin de liquidar satisfactoriamente mis asuntos personales, que en cambio sufrieron serios perjuicios.
Pero esto último es de importancia secundaria; lo grave, lo triste, lo vergonzoso es más bien la capitulación de los políticos mexicanos al imperialismo yanqui de lo cual es una prueba clara la tremenda persecución contra el Partido Comunista de México, y los encarcelamientos y asesinatos de sus más valiosos miembros y la expulsión en masa de todos los emigrados políticos extranjeros que se habían refugiado ahí, llevados por la ilusión de un revolucionarismo del cual sólo existe hoy en día la leyenda!
Quedo de ustedes con saludos antiimperialistas y fraternales.
Tina Modotti.
Nueva Orleáns, Marzo 6.
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