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Los Trocks en el Festival Lila López
El Festival Internacional de Danza Lila López llega a su edición número XXVII. Como todos los años, San Luis se llena de danza y los potosinos, un público habituado a las expresiones dancísticas contemporáneas, se vuelcan al Teatro de la Paz, al Raúl Gamboa y a los espacios alternativos donde se presentan espectáculos y otras actividades. La programación incluyó, en esta ocasión, coreógrafos y solistas extranjeros de gran prestigio, entre los que se cuentan Jyrki Kartunnen de Finlandia, Louise Lecavalier –quien inició su brillante carrera con Édouard Lock en La La La Human Steps–, el venezolano Félix Oropeza y Emio Greco, quien también ofrecerá funciones en el Palacio de Bellas Artes. Las compañías mexicanas invitadas se distinguieron por haber producido algunas de las obras más exitosas en lo que va del año: Antares con Tu hombro, de su director Miguel Mancillas, obra con la cual están celebrando su vigésimo aniversario; Quiatora Monorriel con Alma daltónica , de Evoé Sotelo; y A Poc A Poc con El tiempo en las orejas largas, de Jaime Camarena –espectáculos que ya han sido abordados en este espacio.
Fotos: XXVII FIDC Lilia López/
José Jorge Carreón |
Dentro del programa académico destacaron la presentación de los libros Bailar en Guadalajara, de Angélica Íñiguez, que rescata la historia de la danza en la capital tapatía desde la década de 1950, y el manual En busca del dégagé perfecto. Terminología del ballet, de Solange Lebourges, bailarina emblemática del Ballet Teatro del Espacio quien dejó los escenarios en 2004. Íñiguez hace una investigación exhaustiva desde una óptica periodística que debería reproducirse en otras ciudades de la República, tanto por su valor intrínseco, como porque coadyuvaría a romper con centralismos añejos. Por su parte, el manual terminológico de Lebourges es una herramienta de muy fácil consulta que se proyecta en la enseñanza dancística en México como indispensable, para que maestros y alumnos conozcan y utilicen de manera precisa el vocabulario de la danza clásica. Hace algunos años hubiera sido poco probable que una publicación como En busca del dégagé perfecto estuviera en el Festival, como también lo hubiera sido el programar a Les Ballets Trockadero de Montecarlo, lo cual muestra la importante y acertada transformación de criterios en la dirección del Lila López. Esta compañía neoyorquina dirigida actualmente por Tori Dobri fue una de las grandes sorpresas.
Les Ballets Trockadero de Montecarlo debe su nombre a la vocación paródica con que nacen en 1974, dando funciones de medianoche en Off-Off Broadway. La compañía está formada exclusivamente por varones y reinterpreta el repertorio clásico, principalmente, a partir de la comedia. Los Trocks, como se les conoce coloquialmente, ya habían visitado nuestro país y nuevamente demostraron la excelencia que los caracteriza. El programa estuvo conformado exclusivamente por obras clásicas, a pesar de que la compañía también tiene parodias de coreógrafos y estilos modernos y contemporáneos que, desafortunadamente, no han presentado en sus giras por nuestro país. Buen humor y ejecuciones virtuosas produjeron una función que se volvió apoteósica cuando, tras el cierre del telón, éste vuelve a abrirse y el escenario está decorado con papel picado, los bailarines llevan sombreros y rebozos, y bailan un fragmento del Jarabe tapatío. El público se rindió a los pies de los Trocks, quienes recurrieron al mismo recurso de Anna Pavlova cuando bailó en México.
El Trockadero no se piensa a sí mismo como una compañía gay, ya que, según su director, no trabaja directamente en pro de los derechos civiles de homosexuales, aunque participan continuamente en galas benéficas de organizaciones de lucha contra el sida. Sin embargo, habría que reconocer que ya el hecho en sí de burlarse de los estereotipos de género constituye una postura política y seguramente sigue habiendo buenas conciencias que se cimbran ante tal atrevimiento. Los Trocks, con una estética definida, abren una vía amable y deliciosa a su público para el reconocimiento y aceptación de la diversidad sexual. En este sentido, el lenguaje de la compañía es plenamente contemporáneo. Es importante mencionar que el bailarín mexicano Roberto Lara se integró al Trockadero recientemente, y es el único hasta el momento que ha sido aceptado sin haber audicionado en persona, sino a través del envío de un video. Les Ballets Trockadero de Montecarlo fue una estupenda elección del Festival Lila López.
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