Monterrey, N.L. “A mi hija ya la habían sepultado, y de no ser por la recompensa de 100 mil pesos, ofrecida por el gobierno del estado, tal vez nunca la hubiéramos encontrado”, declaró Gerardo Martínez Bautista, padre de Yolanda Martínez Cadena, desaparecida el pasado 31 de marzo y encontrada sin vida el 8 de mayo en un terreno baldío del municipio de Juárez.
En las afueras de las Capillas del Carmen, donde se llevó a cabo la misa de cuerpo presente de Yolanda Martínez, su padre, Gerardo Martínez, declaró que los restos estaban enterrados, antes de que se emitiera la recompensa de 100 mil pesos a quien brindara información sobre el paradero de la joven.
Martínez Bautista aseguró que la estrategia fue efectiva, ya que sin la recompensa, muy posiblemente jamás hubiera encontrado el cuerpo de Yolanda.
“Pedí -lanzar la recompensa- en un momento clave, porque sabía que la tenían sepultada en un lugar y nunca la iba a encontrar y esa estrategia me resultó, ellos la tuvieron que sacar para ganar un dinero extra, alguien la tenía que encontrar”, dijo Martínez Bautista.
Por otro lado, Martínez, se dirigió a él o los responsables del crimen y espera que tengan el suficiente valor civil como para entregarse a las autoridades.
“Que se entreguen para que no sean buscados y tratados de otra forma, que sean grandes personas y que tengan ese valor civil”, pidió.
En caso de que esto no resulte, don Gerardo prometió que mantendrá el dedo en el renglón, para dar con los criminales, pues remarcó que Yolanda no se suicidó, como afirmó la Fiscalía General de Nuevo León.
“Me seguirán viendo, claro que seguiré buscando a los responsables, tengo las puertas abiertas en Palacio de Gobierno y en la Fiscalía. A Yolanda le suministraron un medicamento por medio de una inyección, los botes de veneno los sembraron porque vieron que tenía depresión, estaba desesperada por buscar trabajo y generar dinero para la fiesta de su hija”, puntualizó.
Al término de la misa, la carroza fúnebre trasladó el cuerpo de Yolanda al Panteón Jardín de los Pinos San Roque, en el municipio de Juárez, donde será sepultado.