Los ahorros, si había, se diluyeron en meses de parálisis provocada por el Covid-19. El boxeo, como cualquier actividad lastimada en estos momentos, busca fórmulas para darse un respiro, algo que le permita mantenerse con vida en lo que mejoran las cosas. Sin embargo, dadas las prioridades y el impacto, el alivio aún parece distante, reconoce Ciro Nucci, presidente de la Comisión de Boxeo de la Ciudad de México, .

No quiero ser pesimista, pero veo un futuro sombrío para el boxeo mexicano, reconoce el comisionado Nucci; por ahora no podemos hacer más que esperar, porque son las autoridades las que nos dirán cuándo y bajo qué condiciones volveremos.

En lo que se define el programa de acción adecuado al desarrollo de la pandemia en la ciudad, la Comisión sólo atestigua los estragos del gremio y algunas iniciativas, que reconocen ingeniosas, pero que no son aplicables para todos en ese oficio.

Nos buscó una promotora que pretende hacer algunas funciones a puerta cerrada, explica Nucci; serán en un foro, con todo controlado en sanidad, pero sólo pocas empresas tienen el privilegio de poder llevar a cabo este tipo de proyectos, los empresarios pequeños del boxeo no tienen recursos y algunos incluso son apoyados por los mismos boxeadores.

La Comisión ha diseñado un protocolo para poner en marcha en cuanto la autoridad sanitaria lo permita. Nucci, sin embargo, advierte que de momento ningún plan tiene la solidez de la realidad, pues debe ser revisado por las autoridades.

No podemos adelantarnos y prever cómo será esa nueva normalidad, es una incógnita, aclara; primero debemos ver cómo estará la situación sanitaria cuando termine la cuarentena, entonces ya podemos tomar decisiones.

Por ahora parece que el dilema no recae en los boxeadores, sino en los empresarios que producen las carteleras, en las que existen desde grandes inversiones, hasta algunas de perfil muy modesto y popular; en algunos casos, incluso los peleadores colaboran en la venta de entradas con sus conocidos.

La comisión no tiene recursos, porque (aunque pertenece al gobierno de la ciudad) no recibe un presupuesto, aclara Nucci; esta crisis sobrepasa nuestras capacidades y la de todos; aún no hemos podido hablar con la autoridad de la Ciudad de México, porque ellos son quienes tienen la última palabra y no nos han mencionado si habrá algún tipo de subsidios.

No hay que olvidar, pide Nucci, que los boxeadores suelen provenir de estratos de pobreza; la mayoría tiene trabajos alternativos mientras consiguen solvencia en este deporte.

Algunos son meseros, mecánicos o albañiles, todas industrias que se detuvieron en esta pandemia y se han quedado sin ningún tipo de ingreso, comenta Nucci; los promotores serán quienes tendrán que enfrentar esta crisis para ofrecer fuentes de empleo. Hay que salvar al boxeo, porque no sólo es un oficio y un negocio, sino también parte esencial de la cultura popular mexicana.