Jueves 24 de octubre de 2019, p. 4
Guanajuato, Gto., La experimentación musical con objetos inusuales y acompañamiento de elementos multimedia creados por el artista Miguel Castro articularon el concierto Migraciones percusivas, de Tumkul Ensamble de Percusiones, el martes en el Oratorio de San Felipe Neri del Templo de la Compañía de Jesús.
La agrupación integrada por Mario Gómez (director), Octavio Zapién, Ulises Hernández, Alan Sánchez y Óscar Ezqueda (percusionistas) interpretó obras de Thierry de Mey, Maurice Ohana, José Luis Castillo, Lucas Foss y Juan Felipe Waller.
Una mesa fue el centro de la ejecución inicial, Table music, con tres participantes en ese mueble reconvertido en instrumento musical durante una pieza solemne y casi doméstica, con la cotidianidad del roce alrededor de ella, los golpes en la superficie, las palmadas convertidas en filarmonía.
La segunda parte, Estudios coreográficos de Maurice Ohana, incorpora ver y sentir la migración humana, sobre todo infantil. En una pantalla se lee que la violen-cia y la pobreza han obligado a niños y niñas a migrar desde México y Centroamérica. Consigna que unos 90 mil infantes atravesaron el país, mientras ocurre la conexión con los intérpretes y la obra.
La exploración de las infinitas posibilidades de las percusiones continuó en Estudio geométrico # 1, de José Luis Castillo, en un entrelazamiento de los instrumentos para crear un ambiente en el que se sienten crepitar una especie de narración, un conjuro que repite su pedido de un mundo diferente de formas, texturas y vibraciones con colores y movimiento de fondo.
La última obra, Teguála, de Juan Felipe Waller, jugueteó con elementos radicales desde lo gigantesco y lo microscópico en una imagen que va del alejamiento visual y la intimidad que sobrevuela un extraño desierto con rostros perfilados en las rocas. Un reconocimiento de seres ciclópeos y entes tan pequeños que sobreviven en granos de arena. Microscopio y telefotos sonoros.