Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 27 de julio de 2014 Num: 1012

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Víctima colateral
Víctor Ronquillo

Poesía reciente
de Michoacán

La vida o la bolsa:
ser parisiense o morir

Vilma Fuentes

El zombie como representación
Ricardo Guzmán Wolffer

Historias al margen
del Segundo Imperio

Andreas Kurz

Breve, por favor.
La minificción

José Ángel Leyva

Leer

Columnas:
Galería
Ingrid Suckaer
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Poesía reciente de Michoacán

Los autores aquí incluidos son un mínimo ejemplo de la actual vida literaria en Michoacán; su presencia corresponde a los últimos tres lustros. Ante la situación actual de Michoacán, la poesía es una manifestación indispensable y ofrece un panorama social que, naturalmente, no se restringe a la problemática agudizada a raíz del la violencia inherente al crimen organizado.

Rafael Calderón

Poema de la noche
Ernesto Hernández Doblas

La noche que todo lo pudo.
Cuando las estrellas fueron labios
En beso de luz;
Casi ramo de relámpagos
Casi cascada de luciérnagas
Casi rotundo cielo de uva.

La noche que todo lo pudo.
Bosque adentro danzaba
La Diosa pagana y su cordero
Con música e incienso.

La noche que todo lo pudo.
Nadie movió de su sitio
A esos lobos que aúllan,
Y recitan los nombres
De la Diosa pagana.

Ernesto Hernández Doblas (Morelia, 1971). Autor de Bitácora clandestina y Oscura luz. De su obra destaca Lugar de muertos publicado por la editora y poeta chilena Carmen Avendaño en El Árbol Ediciones.

Biografía del mexicano solo
Miguel Ángel Toledo

Jueves mediodía
Mexicanamente triste y ebrio
hace años que olvidé el sentido de mi vida
que no sé pelear por las ásperas e inolvidables
    cosas
que las penas van cambiando de lugar
ni por el polvo familiar
con el que esperanzadamente
alimento el estómago infantil
que ya sólo es una baldía propiedad
que tiembla y duele.
Tengo sed y ganas de reír con prójimo
con familia
y un nombre que nadie usa
desde aquella noche enemiga
que la lluvia me regresó llorando a casa
y no supe preguntar para qué
ni a quién llamaba Dios con sus truenos
altísimos y respetables como él.
Tengo una carta llena de ruidos ilegibles
y una astilla de miedo en los ojos
escarba una entrada al abismo del llanto.
Tengo también ganas de ser buen hombre
buen amigo de quien me tolera
me odia o me olvida
como yo, por ejemplo,
aunque me hablo poco, me conozco
doy nombre a mis cosas y sufro conmigo
la pena de tener un muerto más
y por supuesto, tengo ganas
de orinar testarudamente
el dolor conyugal de los riñones
de que la lluvia deje de caer
mientras pienso en la utilidad de los zapatos
en la edad incierta de los locos
en el vértigo y los nervios
en el relámpago de seguir siendo Miguel Ángel
y tengo ganas de que este nombre
    no me despierte si estoy muerto.

Miguel Ángel Toledo (Huaniqueo, 1963). Su obra inicia con Dedicatoria a un poema perdido (Fondo Editorial Tierra Adentro, México, 1997), a la que le siguieron Poema pequeño con futuro grande y El libro de las últimas conversaciones  (2011).

Morelia
Ana Aridjis

He recorrido en la memoria
las calles de la infancia
y con los ojos
los edificios de cantera,
todas las cosas
que vuelven a encontrarse
en la medida en que pierdo el hilo
que tejen mis pasos
entre un viento
y una lluvia tenue.
Recordar es volver
a hilvanar lo perdido.
Otro rostro más suave,
una sonrisa peregrina.
A esta ciudad, la dibujo
en los días,
y la boca que descifra los matices
en una lengua
que abre el alfabeto
para formar raíces ávidas,
en los días
recuerdo algunos rostros,
esqueletos de sí mismos,
para buscarlos, hace falta
despertar a mis muertos.

Ana Aridjis (Morelia, 1967). Este poema procede de Matices de un paisaje (Encuadernación y Serigrafía, libro “hecho a mano”, impresión de 300 ejemplares con 6 dibujos y una serigrafía original de Octavio Vázquez. Morelia, Michoacán; 2004).

De amor para Antonio
(Machado)

Sergio J. Monreal

No sé cuánto pasar sin haber sido
habrá que padecer y ver padecer todavía.
Probablemente aún quedan mil exilios
esperando el camino de regreso.
Quizá hay que desmenuzarse todo el ámbar del sol en la piel
antes de topar con un camino que no sea el reverso de un abismo.
Tal vez para mañana nos toque ser todavía
un hombre triste mirando el atardecer de cara al mar.

Pero aun entonces (como aún ahora)
el hombre triste  sabrá atrapar el rumor del oleaje
en un trozo de papel
sin más ayuda que la fiebre elevada de sus venas
y un ojo que como el sol se dispersa en colibríes.

Aun entonces
los caminos habrá que andarlos
y los abismos que inquietarlos con semillas espirales.
Y los exilios habrá que perforarlos con espejos caracólicos
que envíen la carne en su reflejo
de vuelta al infinito.
Aun entonces
habrá que forzarse a comprender
como tú comprendiste
que en el fondo nada puede realmente pasar
sin ser.

Sergio J. Monreal (DF, 1971). Radica en Michoacán desde 1984. Poeta, narrador y dramaturgo. Su poesía se encuentra en títulos como El manar de la sombra, Raíces del aire y Camlann (Cuadernos de Palabra Poesía, núm. 2).

El cazador sueña un león herido
(fragmento)
Leonarda Rivera

A esa hora en que todo espera a ser nombrado
Un pájaro oscuro alza su vuelo
y seguro de sí mismo
abre sus alas
y con una sola pluma desteje a la noche
haciendo que de ella broten
imágenes verdaderas
y nadie sabe
si es el verbo el que hace que las piedras canten
o si es el pájaro oscuro el que se hace piedra
al perder su vuelo
Y de repente todo se queda en silencio
como si nos hubiéramos olvidado de nuestros nombres
como si el pájaro oscuro se los hubiera comido

Y sólo queda eso innombrable flotando en el centro de la noche
 se levanta y se detiene
amenaza al viento
hasta que el pájaro detiene sus alas
y vuelve a ser hombre

–Hermoso ovíparo
¿de qué sirven las palabras cuando el silencio
ha germinado en ellas?

Leonarda Rivera (Uruapan, 1984). Poeta y filósofa. Autora de Deshojal, obra con la que mereció en 2010 el Premio Estatal de Poesía Carlos Eduardo Turón.

Mar rojo
Armando Salgado

Quise vender mi alma
pero nunca respondió

Busqué otros caminos

A diario compartí: cama   carne   pan   mis piernas
Era buen hijo: obediente   manso   un cordero agradable
Logré encontrar el calor del infierno
y un miembro que arrancara plegarias de mi boca

(Cierto    me gustaba naufragar
ahora mi gusto por los barcos zarpa sin regreso)

Armando Salgado (Uruapan, 1985). Su tercer título de poesía es Estancia de ánimas (Fondo Editorial Tierra Adentro, México, 2013), con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal 2013.